Spotify España no es rentable. Spotify en general tampoco lo es, tal y como explicamos en este artículo en el que comentamos la cantidad ínfima de beneficios que reciben los artistas que tienen su música disponible en la plataforma. Pero en el caso de la filial española las cifras son aún más sangrantes, ya que de los 9,4 millones de euros en ingresos que obtuvo en 2019 –último año del que existe registro fiscal– abonó 6,4 millones a su matriz Spotify Limited, radicada en Reino Unido, integrada en la cabecera del grupo Spotify Technology, con sede en Luxemburgo.
Según las últimas cuentas depositadas en el Registro Mercantil correspondientes al año 2019, Spotify Spain SLU declaró un beneficio de 81.088 euros, un 26,8% menos que en 2018, cuando registró beneficios de 110.829 euros. Esta cifra hace referencia al resultado después de impuestos, ya que antes de estos el dato era de 160.680 euros. Esto quiere decir que las tasas fiscales abonadas por la filial española de Spotify fueron de apenas 79.592 euros en 2019, según informa Cinco Días.
Las cuentas de la compañía de música en streaming chirrían por todas partes. 9,4 millones de ganancias y 6,4 millones (el 68% de su facturación) dedicados a servicios exteriores, según la propia empresa debidos a «los costes por servicios prestados y royalties facturados por empresas del grupo a la sociedad». Tan solo 79.592 euros de impuestos y un beneficio neto de poco más de 80.000 euros.
La fiscalidad de los servicios digitales, a debate
Esta descompensación en las cuentas llega en un momento de intenso debate sobre los impuestos relacionados con las profesiones y servicios digitales. El revuelo con el caso de El Rubius y otros youtubers que se mudan a Andorra para disfrutar de una fiscalidad más baja o la tasa Google, vigente desde el pasado 16 de enero y destinada a gravar el 3% de los ingresos generados por las grandes tecnológicas, ponen de manifiesto la necesidad e importancia de que empiece a regularse esta contribución.
Tal y como explican en Cinco Días, la estrategia de algunas compañías tecnológicas se basa en establecer una sociedad en un destino fiscalmente ventajoso y a través de ella facturar el grueso del negocio. De la misma manera, estas empresas también tienden a diseminar filiales en cada uno de los países en los que presentan actividad, facturando únicamente en conceptos de gestión, marketing y promoción. Esto da como resultado que tanto los ingresos como el pago de impuestos sean mínimos, circunstancia que ha propiciado la crítica de otros sectores empresariales y de la propia Administración, a pesar de que se trate de una práctica legal.
Precisamente en el caso de Spotify Spain, la plataforma de streaming ya fue sancionada en 2017 por la Agencia Tributaria con 148.000 euros tras la revisión de sus ejercicios fiscales desde el año 2009 hasta 2012, debido a la manera de contabilizar los gastos financieros en el cálculo del Impuesto de Sociedades. Las cuentas se alteraban porque la filial española comercializaba los servicios de publicidad y las suscripciones tras pagar los derechos de autor a su matriz.
El plan familiar pasará de 14,99 euros a 15,99 euros
La plataforma obtiene los ingresos de la publicidad y de las suscripciones de los usuarios de pago exclusivamente. Actualmente y según el último informe de la compañía sueca, los usuarios premium alcanzan los 155 millones. De estos, todos aquellos que cuenten con un plan familiar van a ver cómo varía ligeramente el cobro que Spotify les hace el próximo mes. Y es que la empresa de música en streaming ha decidido tirar de los usuarios para una mayor rentabilidad, subiendo un euro el precio de este plan. Pasará de 14,99 euros a 15,99 euros y se verá reflejado en la facturación de marzo; decisión que según Spotify se ha tomado para «seguir innovando e invirtiendo para ofrecerte la mejor experiencia posible y más beneficios».
