En muchos casos, la inteligencia artificial aumenta la productividad de los trabajadores, pero un uso excesivo podría ser contraproducente, especialmente en el sector de la programación. Y es que, pese a su capacidad para proporcionar soluciones rápidamente, supone una mayor cantidad de código que administrar, lo que se traduce en una mayor deuda técnica a posteriori.
Varios estudios se han empeñado en señalar las virtudes de la inteligencia artificial, sobre todo en relación al impacto positivo que supone en el rendimiento de los desarrolladores (1 y 2). Y si bien puede ser completamente cierto, pocos hacen alusión a los problemas que puede generar su uso desmedido.
El uso de la inteligencia artificial puede acabar pasando factura
El informe de Sourcegraph, basado en las respuestas de varios desarrolladores y líderes de ingeniería, es uno de estos últimos casos. Y es que pone de manifiesto que el código generado por IA a priori puede ser una buena solución, pero más adelante puede convertirse en un problema, ya que aumenta la deuda técnica con la que tendrán que lidiar los desarrolladores más adelante.
“Los desarrolladores están luchando más que nunca con problemas relacionados con la deuda tecnológica, el mantenimiento, la colaboración y la escalabilidad. El auge de la IA de la noche a la mañana significa que los dolores de Big Code solo están empeorando,” explican desde Sourcegraph.
La deuda técnica se refiere al trabajo adicional al que tienen que enfrentarse los desarrolladores para corregir un código obsoleto o repleto de errores. Un estudio de 2021 señalaba que los desarrolladores dedican de media seis horas a la semana a abordar este problema, lo que les impide avanzar en otras tareas más importantes. En definitiva, al igual que las reuniones excesivas y otros factores, la deuda técnica es enemiga de la productividad.
Los desarrolladores dedican la menor parte de su tiempo a escribir código nuevo
Para demostrar la magnitud de este problema, podemos recurrir a las cifras. Y es que el 77% de los encuestados aseguran que su base de código se multiplicó por cinco en los últimos tres años y el 73% afirma que se enfrentan a un código creado por otra persona que es difícil de comprender, un porcentaje que aumentará aún más con el generado por la IA. Como resultado, los desarrolladores sólo dedican el 14% de su tiempo a escribir código nuevo, mientras que el resto es utilizado para tratar de comprender y corregir código antiguo.
El informe hace hincapié en la necesidad de las empresas de contar con un plan para enfrentarse al Big Code. Este término sirve para referirse a las bases de código complejas, que pueden llegar a contener millones de líneas de código difíciles de digerir. No obstante, sólo el 65% de los desarrolladores encuestados afirman que sus empresas cuentan con un plan para abordar el Big Code.
Por lo general, la mayoría de los desarrolladores (76%) se muestran esperanzados con el auge de la inteligencia artificial, sin embargo, eso no significa que no estén libres de preocupaciones en este sentido. El 61% dice estar preocupado por el impacto de la IA en la deuda tecnológica, el 67% por la expansión del código debido al crecimiento de la IA y el 76% por la cantidad de código nuevo que luego será necesario administrar.
Sin duda, los modelos de inteligencia artificial pueden resultar muy útiles, pero es conveniente no abusar de sus capacidades. Como suele decirse puede ser “pan para hoy y hambre para mañana”, es decir, que puede ofrecernos una solución rápida para un problema en un momento dado, pero posteriormente puede acabar siendo contraproducente y darnos más trabajo que otra cosa.