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Google abre la lista de espera para probar Bard, aunque en España todavía no es posible inscribirse

Por fin, la gran G ha dado el paso: ha abierto la lista de espera de Bard, su último modelo de inteligencia artificial. No obstante, los usuarios españoles aún tendremos que esperar para poder ser testigos directos de sus capacidades. Y es que, de momento, Estados Unidos y Reino Unido son los únicos países en los que es posible inscribirse a dicha lista; aunque Google promete que pronto estará disponible para el resto del mundo.

“Bard funciona con un modelo de lenguaje grande de investigación (LLM), específicamente una versión liviana y optimizada de LaMDA , y se actualizará con modelos más nuevos y más capaces con el tiempo. Se basa en la comprensión de Google de la información de calidad. Puede pensar en un LLM como un motor de predicción,” explica Google en su publicación.

Bard pretende convertirse en la mejor baza de la compañía contra otros modelos de lenguaje (LLM), especialmente los basados en GPT. Pero, en particular, contra ChatGPT, su principal rival a batir, ya que podría acabar con su largo reinado en el campo de las búsquedas.

Ahora los Mountain View han dado el siguiente paso: han abierto la lista de espera para poder probar Bard. No obstante, como comentamos antes, de momento, sólo podrán inscribirse los usuarios de Estados Unidos y Reino Unido; por lo que los españoles aún tendremos que esperar. Para hacerlo, tendremos que entrar a su sitio web, pero, como participar desde nuestro país todavía no es posible, nos encontraremos con el siguiente mensaje: “Bard no es compatible actualmente en su país. ¡Manténganse al tanto!”

La batalla por la IA

Sin duda, nos encontramos en una época interesante. Una época de esplendor de la inteligencia artificial de la que quieren formar parte todas las grandes tecnológicas. Y, aunque, de momento, Microsoft es la que se está llevando el gato el agua gracias a su alianza con OpenAI y a herramientas como ChatGPT, aún no está todo dicho.

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Obviamente, Google se resiste a perder su posición predominante en el campo de las búsquedas. Ahora mismo, una de sus principales prioridades es seguir investigando en el ámbito de la IA para poder ofrecer alternativas tan buenas como las de Microsoft. Tanto es así que, además de activar un “código rojo” tras el lanzamiento de ChatGPT, decidió sacrificar a alrededor de 10.000 empleados de áreas “más prescindibles” para poder enfocarse en la IA, su frente de batalla más importante en la actualidad.

Hace más de un mes, anunciaron Bard, el que sería su principal as bajo la manga contra ChatGPT. Su bot conversacional está basado en LaMDA (Language Model for Dialogue Applications), el mismo al que Blake Lemoine, un ingeniero de la compañía, le atribuía comportamientos demasiado humanos. Como consecuencia, Lemoine fue despedido y desmentido. Y es que los de Mountain View tenían grandes planes para LaMDA y ese tipo de publicidad no les venía demasiado bien en esos momentos.

Aún queda mucho camino por recorrer

Como vemos, el gigante tecnológico ha decidido apostar por su propio modelo de inteligencia artificial, en lugar de hacerlo por GPT como la mayoría. Lo único que queda por ver es si LaMDA logra estar a la altura. No obstante, si algo es evidente es que, al igual que el de Microsoft y OpenAI, todavía no es perfecto.

De hecho, cuando Google anunció su nueva herramienta ejemplificó cómo los usuarios podrían beneficiarse de su uso. Uno de sus ejemplos consistía en pedirle que explicará a un niño de 9 años cuáles fueron los últimos hallazgos del telescopio espacial James Webb. Sin embargo, Bard se equivocó en su respuesta. Afirmó que fue el primer aparato que fotografió un exoplaneta, cuando, en realidad, fue el Very Large Telescope (VLT) el que lo hizo.

Google reconoce que este tipo de tecnología aún puede cometer errores y la suya no es un caso aparte: “si bien los LLM son una tecnología emocionante, no carecen de fallas. Por ejemplo, debido a que aprenden de una amplia gama de información que refleja sesgos y estereotipos del mundo real, estos a veces aparecen en sus resultados. Y pueden proporcionar información inexacta, engañosa o falsa mientras la presentan con confianza.”

Bard puede equivocarse

Con Bard, la compañía pretendía resolver dos aspectos en los que ChatGPT flaqueaba: por un lado, ofrecer respuestas en las que indicará cuáles eran en las fuentes de la información; por otro, ofrecer respuestas actualizadas gracias a su conexión permanente a Internet, algo que ChatGPT no hacía, ya que su información estaba limitada a algún punto de 2021.

Sin embargo, no le salió demasiado bien la jugada. Y es que tan solo un día después, además de confirmar la integración de ChatGPT en Edge y Bing, Microsoft anunció que ya habían resuelto estas limitaciones.

Imagen de Alexandra Koch en Pixabay

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