OpenAI ha realizado un estudio en el que expone cuáles son los trabajos que podrían verse más afectados por los avances en el ámbito de la inteligencia artificial. De momento, los profesionales no tienen nada que temer, pero, a largo plazo, las máquinas podrían acabar realizando con mayor eficacia muchas de sus funciones.
Si bien, la semana pasada, un informe de ArXiv revelaba qué empleados eran más susceptibles de perder sus trabajos por culpa de los modelos de lenguaje natural; ahora es la propia OpenAI, una de las principales impulsoras de estas tecnologías, la que ha querido aportar más información en este sentido.
Su estudio se basa en los datos extraídos de O*NET. Es decir, una base de datos que, según su propia descripción “contiene un amplio conjunto de variables que describen el trabajo y las características de los trabajadores, incluidos los requisitos de habilidades”. Los resultados son bastante desalentadores, sin embargo, para la compañía de Sam Altman, no debe cundir el pánico (al menos de momento).
Su estudio no tiene que ver tanto con el posible reemplazo de los trabajadores humanos por parte de los modelos de inteligencia artificial, sino más bien con el impacto positivo que estos podrían tener en algunas de sus tareas, ya que podrían suponer un ahorro significativo de su tiempo. Y es que su concepción no es la de robots sustitutos, sino más bien compañeros de trabajo que ayudan a reducir las cargas de trabajo, especialmente las más repetitivas.
Entre otras cosas, los investigadores han concluido que el 10% del trabajo del 80% de la fuerza laboral estadounidense podría verse afectado por la introducción de los modelos GPT y el 19% de los trabajadores podrían notar ese impacto en al menos en el 50% de sus tareas.
Distintos grados de «exposición»
OpenAI ha utilizado el término “exposición” para referirse a ese nivel de impacto de GPT en el mercado laboral. Y es que consideran como un trabajo “expuesto” a aquel en que la IA podría reducir “el tiempo necesario para que un ser humano realice una acción específica o completar una tarea en al menos un 50%”.
De este modo, encontramos distintos niveles de exposición. El caso “sin exposición” (E0) corresponde a profesiones en las que la participación de la IA supone una reducción nula o mínima del tiempo que se requiere para completar una actividad. Por otro lado, hablan de “exposición directa” (E1), si el tiempo se reduce utilizando “únicamente el LLM (Large Language Model) teórico o GPT-4 descrito a través de ChatGPT”. Posteriormente, LLM + Expuesto (E2), si el uso por sí solo de dicho LLM no supone una reducción en el tiempo requerido, aunque si puede lograrse utilizando software adicional. En este último caso, aluden, por ejemplo, a los sistemas de generación de imágenes, como Dall-E o Midjourney.
Algunas de las profesiones más afectadas tienen un gran componente humano
Teniendo esto en cuenta, llegamos a lo más importante: ¿qué profesiones son entonces las más expuestas? Si bien en el último estudio al que antes hacíamos alusión, los más perjudicados eran los profesores, ahora podemos hablar de otras profesiones cuyo componente humano es también bastante importante. Podemos verlo en la siguiente tabla.
Entre ellas, encontramos traductores, encuestadores e incluso poetas y escritores. Aunque la lista de los más perjudicados, es decir, aquellos cuyo porcentaje de exposición es del 100% o casi, incluye puestos como los de los matemáticos, los diseñadores web o los periodistas.
En la otra cara de la moneda, tenemos aquellos empleos en los que el impacto de la IA apenas se notaría. A este supuesto corresponden profesionales de campos en los que el trabajo manual suele ser un elemento fundamental, como los agricultores, atletas, cocineros, mecánicos, carpinteros fontaneros o pintores.
