OpenAI ha lanzado una versión mejorada de Codex, su modelo de inteligencia artificial capaz de convertir el lenguaje natural en código. Sin duda, la herramienta será muy útil tanto para los iniciados como para los más versados en la materia. Ya hay disponible una beta privada para todos ellos.
“Ahora estamos haciendo que OpenAI Codex esté disponible en versión beta privada a través de nuestra API, y nuestro objetivo es escalar lo más rápido posible de manera segura. Durante el período inicial, OpenAI Codex se ofrecerá de forma gratuita”, comentan los responsables en una publicación de blog.
Los recientes avances de la compañía son más que notorios. Primero llegó GPT-3, otro modelo de IA similar, que servía para el mismo propósito. Microsoft, consciente de su potencial, aprovechó sus capacidades para transformar el lenguaje humano en código de Power FX, su nuevo idioma basado en Excel. No obstante, OpenAI no tardó en desarrollar otro modelo, que, según ellos, era mucho más prometedor: Codex.
Hace tan sólo un mes, surgió GitHub Copilot, un nuevo asistente que aprovechaba las habilidades de Codex para autocompletar código e, incluso convertir comentarios en lenguaje funcional. Ahora, sus responsables van un paso más allá. Además de presentar una versión optimizada de su modelo de IA, han lanzado una beta privada que ya está disponible para todos los interesados, aunque, de momento, solo admite el inglés.
Para formar parte de la lista de espera de la API, es necesario acceder al siguiente enlace y rellenar un formulario con algunos datos, como tu nombre completo, email o con qué fines planeas utilizar el software.
¿Cuáles son las aplicaciones de Codex?
El modelo de inteligencia artificial es bastante versátil. Entiende JavaScript, Go, Perl, PHP, Ruby, Swift, TypeScript, pero sobre todo Python, así que puede utilizarse para construir sitios web, juegos e incluso integrarse en otros programas. De hecho, sus creadores ya han demostrado el potencial de Codex en todas esas vertientes.
Principalmente, el objetivo del software es facilitar el trabajo de los desarrolladores. Codex es capaz de traducir órdenes en inglés a lenguaje de máquina. De esta manera, podremos crear una página web o aplicación con las características que deseemos. Por ejemplo, podemos escribir: “crea una página web con una cabecera en la parte superior y un menú lateral” y la IA nos devolverá el código HTML correspondiente.
Como vemos en el video, los responsables nos demuestran las verdaderas capacidades de la herramienta. En un sencillo ejemplo, le indican a la IA que imprima “Hola, Mundo” y esta traduce la sentencia rápidamente a lenguaje de máquina. Sin embargo, este ejercicio iniciático es demasiado sencillo, por lo que no sorprende que sea capaz de resolverlo.
Posteriormente, le encargan una tarea más complicada: crear un juego. Para ello, introducen la imagen del que sería el personaje principal y le ordenan a Codex que lo haga controlable por medio de las flechas del teclado. Sin embargo, lo más sorprendente es cuando los miembros de OpenAI le dan órdenes más complejas, como “comprueba si la persona está fuera de la pantalla y, si es así vuelve a colocarlo dentro”, y el software es capaz de interpretarlo correctamente.
Por último, nos muestran otra de las aplicaciones de Codex. Y es que puede integrarse dentro de Word. Los presentadores le dan formato a un texto de Lewis Carrol por medio de frases escritas en lenguaje natural y el modelo de IA cumple sus deseos sin problemas.
¿Será este el fin de los programadores? OpenAI dice que no
Este software será especialmente útil para los programadores que estén comenzando, pero también para todos aquellos que carezcan de conocimientos en la materia. Sin embargo, no es una panacea. OpenAI señala que su herramienta no será un competidor para los desarrolladores profesionales.
A pesar de sus capacidades, Codex no acabará con el trabajo de estos, sino que puede servirles como un complemento adicional en su actividad que les permitirá desempeñar más rápido su labor. Según la compañía, los programadores seguirán encargándose de la lógica subyacente de sus proyectos, pero le podrán encomendar la labor más tediosa a la IA.
“Una vez que un programador sabe qué construir, el acto de escribir código puede considerarse como (1) dividir un problema en problemas más simples y (2) mapear esos problemas simples al código existente (bibliotecas, API o funciones) que ya existe. La última actividad es probablemente la parte menos divertida de la programación (y la barrera de entrada más alta), y es donde OpenAI Codex sobresale más”, aseguran sus responsables.