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El porcentaje de empleados que quiere teletrabajar desciende del 91% al 73% en un año

Una de las rutinas que la COVID-19 implantó en el día a día de la población fue la del teletrabajo. Las empresas tuvieron que adaptarse a las circunstancias que impedían a los trabajadores acudir de manera presencial a sus puestos de trabajo y algunas de ellas han mantenido esta práctica, aspirando a un modelo híbrido.

Al contrario que en otros países europeos, en España el teletrabajo estaba implementado en las rutinas de muy pocas empresas y prácticamente la totalidad de los trabajadores deseaba que se convirtiese en una realidad cada vez más habitual en sus jornadas laborales. Así, en enero de 2020 hasta un 91% de la población afirmaba que les gustaría poder trabajar fuera de la oficina, ya fuese desde casa, en espacios de coworking o en una simple cafetería, según una encuesta realizada por el portal de empleo Jobatus.

De la misma manera, se realizó la misma consulta en enero de 2021 y el porcentaje había disminuido hasta un 73%. Esto se debe, según el estudio, a que mucha gente echa de menos el ambiente de trabajo y los momentos para socializar en la oficina.

La apuesta por el smart working conduce a una mayor productividad

El estudio citado apuesta por una modalidad concreta de teletrabajo, denominada smart working o trabajo ágil, en el que el empleado dispone de total flexibilidad y autonomía tanto en la organización de la jornada laboral como en la elección de la ubicación para realizarla, así como el horario de trabajo, sin tener que desplazarse a la oficina.

Jobatus especifica que darle mayor libertad al trabajador implica confianza para que este realice su actividad cumpliendo con los objetivos de productividad en cuanto a tareas y tiempo.

El hecho de no tener horarios fijos y organizar el trabajo por fases, ciclos y objetivos, así como la oportunidad de conciliar la vida doméstica, personal y laboral de la manera más adecuada a las circunstancias del trabajador permite mejorar la satisfacción laboral de los empleados. Esto conduce, consecuentemente, a una mayor productividad.

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Sin embargo, algunas empresas aún requieren la presencialidad de sus empleados en la oficina durante un cierto número de días u horas a la semana, ya que existen algunos tipos de tareas para los que es necesaria esta condición.

En este sentido, el estudio de Jobatus recuerda que el smart working no es para todos, ya que está enfocado a profesionales que trabajan principalmente en el contexto de oficinas, gerentes, ejecutivos, empleados con habilidades digitales de cierto nivel, etc. Por el contrario, esta modalidad no es viable para trabajadores de producción o dependientes, por ejemplo, cuyas funciones no se pueden realizar desde un ordenador.

El smart working implica un cambio de mentalidad

Tal y como se ha mencionado, el smart working es una modalidad concreta de trabajo que no se reduce a trabajar a distancia desde casa o desde cualquier otro lugar, sino que implica más aspectos y, en concreto, un cambio de mentalidad, según Jobatus.

Según el portal de empleo, los beneficios del smart working podrían concretarse en los siguientes puntos:
  • Limita los contactos entre personas y, por tanto, la propagación de la COVID-19. El 68% de los encuestados considera que es mejor evitar juntarse en las oficinas.
  • Reduce el estrés del transporte, ya que un 84% de los trabajadores prefiere no coger transporte público en estos momentos.
  • Ahorro y reducción del impacto ambiental. La concentración de agentes contaminantes en el aire durante los primeros meses de la pandemia se redujo alrededor de un 50%.
  • Optimización del tiempo y libertad organizativa. El 74% de los encuestados considera que le resulta más fácil organizarse con esta modalidad de trabajo, aunque un 45% también reconoce que sufre de hiperconexión.
  • Equilibrio entre la vida privada y profesional. El 65% cree que el smart working le ha beneficiado a la hora de la conciliación familiar.
  • No se requiere código de vestimenta. El 62% de los encuestados por Jobatus reconoce trabajar en pijama o en ropa de estar por casa y solamente se viste de calle cuando tiene videollamadas.

Imagen principal de freepik.

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