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El 75% de las empresas españolas tiene un nivel bajo o muy bajo de intensidad digital

La digitalización es uno de los conceptos más repetidos durante este año. Debido al escenario excepcional e inesperado propiciado por la crisis de la COVID-19, ha sido necesario hacer uso de las herramientas que ofrece Internet. Si bien la utilización de las mismas está suficientemente implantada en la vida cotidiana de los hogares, no tanto en el ámbito profesional, administrativo o educativo. La pandemia ha obligado a acelerar esta tecnologización, una vez convertida en la única vía posible para desarrollar ciertas labores a partir de que se decretase el confinamiento domiciliario.

A pesar de ello, las empresas españolas aún están lejos de alcanzar el nivel digitalización óptimo, que se sustenta en tres ejes fundamentales: uso e implantación de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), innovación empresarial e I+D. La Unión General de Trabajadores (UGT) ha publicado la segunda edición de su informe ‘Digitalización de la empresa española’, con datos actualizados el 26 de octubre.

El estudio, que lleva como subtítulo ‘Desidia, retraso y sus consecuencias’, se centra en incidir en la importancia de revertir la situación actual en las empresas españolas en cuanto a digitalización. La inversión empresarial durante este 2020 para desarrollar el uso e implementación de las TIC sigue sin superar el máximo histórico alcanzado en 2018, cuando se destinaron casi 4,3 millones de euros.

Respecto al pasado año, el uso de redes sociales se ha incrementado en 10 puntos. Sin embargo, la presencia de tecnologías avanzadas como los robots o el Big Data es menor de lo deseable, aunque se están incorporando de manera paulatina, tal y como comentamos hace una semanas en este artículo.

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Gasto en TIC
Fuente: UGT, a partir de datos del INE.

Invertir en las TIC también conlleva formar a los trabajadores en su correcto uso, así como contratar especialistas en las mismas. Pero también en estos aspectos las empresas españolas se encuentran rezagadas, ya que el 80% de las compañías no ofrece formación en competencias digitales para sus empleados y tan solo el 18,4% cuenta en su plantilla con expertos en esta materia. Además, un 63% de empresas reconoce que no cubrieron las vacantes TIC por no aceptar los requisitos salariales de los candidatos y el 71% indica que no lo hizo debido a la falta de experiencia de los solicitantes.

Respecto a la intensidad digital de nuestro tejido productivo, UGT destaca que tan solo un 2,37% tiene un nivel muy alto, mientras que un 75% presentan un nivel bajo o muy bajo. En cualquier caso, parece que la crisis provocada por la COVID-19 sí que está teniendo un impacto positivo en este sentido y está actuando como impulso para que, por ejemplo, el 7% de las empresas haya adoptado soluciones de comercio electrónico para mantener su actividad y el 20% prevé continuar con esta práctica al menos durante 6 meses más.

Sin embargo y, a pesar de que el 90% de las empresas españolas tienen página web, solo un 19,17% tiene un apartado para recibir pedidos online; y únicamente una de cada cuatro admite haber realizado ventas a través del ecommerce.

Un 16% sí que está de acuerdo con que incrementar el nivel de digitalización tendrá una alta repercusión en el negocio a corto plazo y un 44% le da una importancia media, pero un 40% de los empresarios sitúan esta cuestión en un nivel bajo de relevancia.

Importancia de la digitalización
Fuente: UGT, a partir de datos del INE.

Solo el 15% de las empresas invierten en innovación

Otro de los aspectos fundamentales para la digitalización, la innovación, continúa siendo algo secundario para las empresas españolas. Según los datos aportados en el informe de UGT, correspondientes a 2018, la inversión en esta área sí aumentó con respecto al año anterior en un 25%, pero está lejos de alcanzar los valores de crecimiento que presentaba en 2007, justo antes del estallido de la crisis económica y financiera.

De todas formas, las empresas que invierten en innovación representan solamente el 15% del total del tejido productivo español. Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), este bajo porcentaje de empresas innovadoras sobre el total posiciona a España en el puesto 29 de una lista de 34.

España, a la cola del gasto en I+D

Por otra parte, el gasto dedicado a I+D, aunque en 2018 registró el dato más alto desde que se tiene constancia, si se compara con el PIB se trata de un valor que se sitúa por debajo de la inversión de 2008. Según UGT, el empleo para este ámbito concreto toca techo histórico, pero el sindicato recalca que esto no significa que las condiciones en cuanto a remuneración, seguridad y derechos estén cerca de los estándares europeos.

La Comisión Europea advierte de la mala situación de España si atendemos al I+D aplicado a las TIC, situándola en los últimos puestos de la eurozona. Los datos españoles en este sentido suponen la mitad de la media europea y una tercera parte si se compara con países como Bélgica o Francia.

I+D en TIC
Fuente: UGT, con datos de la Comisión Europea.

Como conclusión para su informe, UGT advierte del «retraso estructural y sistémico» de la digitalización empresarial española, incidiendo en que nos encontramos «en un momento crítico y de ejecución inaplazable» para remediarlo.

El sindicato destaca que, a pesar de que las políticas de modernización que se llevan a cabo en las empresas cuentan con el apoyo del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de la Economía Española, esto no es suficiente, ya que también es necesario «un profundo cambio de mentalidad», que debe sustentarse principalmente en la formación.

Imagen de pressfoto en freepik.

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