Hubo un tiempo en que los conceptos Big Data o Inteligencia Artificial sonaban a futuro distópico, a capítulo turbio de Black Mirror y, sobre todo, sonaban a algo que no entendíamos. El ciudadano de a pie ha podido optar, si así lo deseaba, por continuar sin entender de qué iba el asunto sin que ello afectase notablemente a su vida cotidiana. Sin embargo, las empresas y organizaciones, dada la competencia actual, se han visto obligadas a subirse al carro de los avances que la transformación tecnológica va ofreciendo.
En esta carrera digital se encuentran Biocryptology, compañía de tecnología en identificación biométrica, y Quantum Data, startup especializada en el tratamiento de grandes bases de datos agregados de carácter público a través de herramientas de Big Data e Inteligencia Artificial. En este sentido, ambas han llegado a un acuerdo para que Quantum Data incorpore los parámetros de identificación biométrica desarrollados por Biocryptology, fortaleciendo así la seguridad de los usuarios y apoyando la lucha contra el fraude.
La empresa de Big Data se convierte en este momento en la primera de su sector en implementar este tipo de tecnologías. De esta manera, además, cumple con la normativa europea de pagos PSD2, cuyo plazo de aplicación vence el próximo 31 de diciembre. Esta regulación obliga a distintos proveedores de pago, como entidades bancarias o plataformas de comercio electrónico, a implantar la autenticación reforzada (SCA). Los caracteres biométricos son uno de los tres posibles parámetros, de los que será necesario aplicar dos, fundamentales para completar la operación.
Con esta alianza entre Quantum Data y Biocryptology, los usuarios de la compañía de Big Data tendrán la posibilidad de acceder a sus perfiles de forma sencilla y segura utilizando sus datos biométricos, que pueden dejar guardados en su smartphone para evitar tener que introducirlos en cada acceso. Esto también supone un obstáculo añadido para los ciberdelincuentes cuya herramienta de estafa es el phishing, es decir, la suplantación de la identidad virtual mediante el robo de contraseñas o datos bancarios.
Según un estudio del Colegio Oficial de Gestores Administrativos de Madrid, las denuncias por usurpación de identidad en Internet se han incrementado en España un 82% desde el año 2012 y se estima que las pérdidas asociadas a este tipo de ciberdelitos son de unos 1.600 millones de euros al año.
El informe destaca que los ciudadanos españoles se encuentra a la cabeza de la Unión Europea en lo que se refiere a preocupación por ser víctima de un robo o una suplantación de identidad en la red (el 78% de la población española, frente a la media del 69% en la UE). Esto también incide en la confianza que los usuarios depositan en las nuevas tecnologías y en las operaciones que se realizan de manera online.
Garantía de confidencialidad
Tal y como ha señalado Javier González, director de Biocryptology, «La identificación biométrica ofrece el plus de seguridad y confidencialidad que demanda el sector del Big Data para gestionar sus perfiles. Las empresas cada vez necesitan fórmulas más seguras y fáciles de gestionar para desarrollar sus actividades, particularmente en sectores donde un error de cálculo o la suplantación de identidad puede generar pérdidas cuantiosas».
La diferencia respecto a otras soluciones Customer Identity Access Management (CIAM) que Quantum Data consideró y que decantó la balanza en favor de Biocryptology fue que esta «ofrece la garantía de seguridad de que la biometría no se almacena en bases de datos externas, evitando riesgos de vulnerabilidad. Además, al ser una plataforma abierta, permite que los usuarios de Quantum Data puedan beneficiarse de la identificación con la misma app en múltiples sitios web y en accesos tanto presenciales como digitales», ha explicado Luis Salvador, CEO de Quantum Data.
Lo que es una realidad cada vez más tangible es que las empresas se van adaptando a lo que el campo de la innovación y la transformación digital van ofreciendo, como una necesidad casi impuesta para no quedar atrás en la competición que supone la carrera tecnológica. Quedó en el pasado ese tiempo de no saber de qué iba el Big Data o la Inteligencia Artificial. El vocabulario y las posibilidades se nos amplían. Y Black Mirror se nos ha quedado obsoleta.