Recientemente, informábamos en Digitalis de que Reforestum había sido galardonada en la competición Beauty Tech for Good Challenge, con la que L’Oréal reconoce a startups de todo el planeta por su contribución a la sostenibilidad y la lucha contra el cambio climático. Y no es para menos, pues la iniciativa es impresionante: reforestar zonas con la financiación de particulares y empresas, a los que se asigna una parcela concreta en función de su aportación y se les informa de su evolución y su efecto reduciendo sus huellas de carbono (la compañía muestra el proceso en su página web).
Hoy hemos entrevistado al creador y CEO de Reforestum, Diego Sanz Prieto, un ingeniero de software al que su conciencia ecológica llevó a compatibilizar su carrera profesional con esta iniciativa en favor del medio ambiente que está alcanzado repercusión internacional. Diego nos cuenta cómo nació Reforestum y cómo está evolucionando para llevar la reforestación y conservación de zonas naturales desde España a otras partes del mundo.
P: Haber creado Reforestum ya nos dice de ti que eres una persona preocupada por la sostenibilidad. Pero, ¿cuándo decides que debes hacer algo para promoverla? ¿Fue Reforestum tú primera idea en este campo?
R: La primera vez fue en un viaje que hice en Sri Lanka. Estaba visitando una playa maravillosa y paradisíaca, pero -literalmente- daban ganas de llorar, porque tanto la arena como el agua estaban llenos de basura de todo tipo, era imposible bañarse sin rozar botellas de plástico y otros artilugios flotantes, con etiquetas en todos los idiomas. Decidí contratar una cuadrilla local y al segundo día limpiamos más o menos un kilómetro de playa en un espacio de 6 horas. Sacamos una tonelada y media de desechos que luego trasladamos a un vertedero. Esa experiencia me hizo reflexionar mucho sobre el impacto del que es capaz el ser humano, tanto de forma constructiva como destructiva.
P: Reforestum en sí es un concepto fantástico, pero al mismo tiempo parece muy difícil de hacer realidad. Lo habéis conseguido. ¿Cuál fue el primer paso? ¿Conseguir las hectáreas en las que nacería el primer bosque? ¿Crear el Kickstarter? ¿Lo hacías todo tú sólo en un primer momento?
R: Al principio lo hacía yo todo y la ayuda que tenía eran freelancers que contrataba para trabajos puntuales. De esta manera, invertí mucho tiempo y algunos ahorros en la campaña de Kickstarter. Para mí era más una forma de validar la hipótesis de que la gente se involucraría en un proyecto de reforestación si se proporcionaban los incentivos y las herramientas adecuadas.
Es importante destacar que si bien yo llevaba casi todo el peso, cuando te embarcas en un proyecto así hay muchas personas que te ofrecen su ayuda de manera desinteresada, ¡y esta es una de las partes más bonitas de un proyecto de este tipo! ¡Que saca lo mejor de nosotros!
P: Ahora el equipo lo formáis 6 personas más tres colaboradores. ¿Cómo fue creciendo?
R: Durante estos 3-4 años ha habido mucha gente que ha ido subiéndose y bajándose del barco. Ha sido también un proceso muy potente de aprender y desaprender. Aprender sobre un mercado que es muy complejo y tiene muchos problemas que resolver porque es muy inmaduro, y desaprender muchas preconcepciones equivocadas de cómo funciona el mundo de los negocios.
Desde hace más o menos un año, cuando conocí a mi actual socio -Alban Bressand- el proceso se ha acelerado enormemente, además estoy estudiando un EMBA en una de las mejores escuelas de negocios y eso se nota. Hace 10 días cerramos nuestra primera ronda de financiación, hemos levantado 600,000€ y hemos empezado a hacer las primeras contrataciones oficiales. Las próximas semanas y meses se presentan apasionantes, estamos formando un equipo potente, es una nueva fase de crecer y de estabilizarse y esperamos llegar a 10 personas de aquí a 2 meses.
«El objetivo es obtener analíticas en tiempo casi real para mostrar al usuario el crecimiento de los árboles Y la cantidad de carbono secuestrada por SU PARCELA»
P: Reforestum permite que una persona, empresa o institución calcule su huella de carbono y luego la compense financiando la creación de una parcela de bosque que pasa a ser “suya”. ¿Qué información recibe luego el donante de esa parcela, y de qué manera puede interactuar con ella?
R: La información que se recibe ahora es en forma de fotografías, algunos vídeos, descripciones, cálculos y gráficas con el nivel de CO2 capturado. Disponemos también de un ranking de reforestadores que actúa a forma de “registro público” para crear más transparencia, evitando cometer errores clásicos que vemos en los mercados voluntarios de carbono actuales.
Como gran novedad, antes de que termine el año vamos a lanzar el prototipo de lo que nosotros llamamos MRV (Monitoring, Reporting and Verification). Se trata de un conjunto de herramientas que procesan imágenes de satélites a través de Inteligencia Artificial. El objetivo es obtener analíticas en tiempo casi real para mostrar al usuario el crecimiento de los árboles, su estado de salud y, sobre todo, la cantidad de carbono secuestrada por el proyecto. En esta primera fase, el MRV va a funcionar solo con los proyectos que tenemos disponibles en Perú e Indonesia, a través de nuestro partner Ecospere+. Nuestra idea es presentar toda la información de forma fácil y entendible para todo el mundo, y que sirva como herramienta divulgativa, además de dar confianza y transparencia. El objetivo es que el concepto “crédito de carbono” pase de ser una entidad abstracta a una más tangible y entendible.
P: Bosque Génesis, vuestro primer bosque, está en Cojuelos de Ojeda, Palencia. ¿Conoces la reacción de los vecinos a que se vayan a reforestar 5 hectáreas de bosque en su municipio?
R: Debo reconocer que no tenemos información sobre su reacción. En los siguientes proyectos estamos siguiendo otro modus operandi que requiere la aprobación de los alcaldes y del pleno del pueblo.
Por tanto, en estos proyectos que vamos a plantar durante el otoño-inverno, vamos a ser más cuidadosos y aprender de nuestros errores. Somos conscientes de que es esencial para el éxito de nuestra iniciativa contar con el apoyo de los vecinos y de las instituciones locales, así como de las autoridades autonómicas.
P: ¿Nos puedes contar brevemente cómo seleccionáis la flora para replantar?
R: Los técnicos de la comunidad nos proveen con un cuaderno de carga. Este documento ya te restringe las especies a plantar, lo cual en realidad está muy bien porque te aseguras de que lo que vas a plantar son especies autóctonas y validadas. A partir de ahí intentamos mimetizar todo lo posible con la flora natural del lugar, maximizando la biodiversidad pero también la captura de carbono. Por supuesto, también nos interesa mucho elegir las especies que se vayan a dar bien y que haya el menor número posible de marras (árboles muertos).
P: Tras bosque Génesis habéis conseguido dos parcelas de terreno más para plantar nuevos bosques, una en Indonesia y otra en Perú. ¿Puedes contarnos cómo se consigue una parcela para plantar un bosque?
R: En realidad, los proyectos de Perú e Indonesia no son proyectos de “aforestación” sino de conservación y no los hemos desarrollado nosotros sino nuestro partner Ecopshere+. Piensa que, por ejemplo, el proyecto de Cordillera Azul en Perú, ¡Tiene 1,6 millones de hectáreas!
Y es que tenemos dos tipos de proyectos en el Marketplace. Por un lado están este tipo de proyectos de conservación, que tienen una escala enorme y que se logran gracias a fondos internacionales millonarios. Y por otro, están los proyectos que estamos desarrollando en España -y próximamente en otros países europeos-, dónde hablamos de una escala mucho menor y el objetivo es primordialmente plantar árboles.
Para conseguir los terrenos de nuestros nuevos proyectos en España firmamos convenios con las comunidades autónomas, quiénes nos ayudan a encontrarlos. ¡Debo decir que estamos encantados y hay una gran predisposición a ayudar!
«Con L’Oréal PLANTAREMOS un bosque corporativo Y la marca integrARÁ una de sus plataformas de comercio electrónico En nuestrA API».
P: ¿En qué consiste el impulso que os dará L’Oréal?
R: Como startup que somos, es crucial para nosotros validar nuestras ideas de negocio, aprender cómo podemos añadir valor a nuestros clientes y obtener feedback.
Con L’Oréal, lo que se pretende es hacer un proyecto piloto cuyo objetivo es plantar un bosque corporativo y que la marca integre una de sus plataformas de comercio electrónico con nuestro API.
De este modo los clientes de una de las marcas del grupo obtendrán un trocito de bosque (nosotros lo llamamos “participación de bosque”) cada vez que compren un producto carbon neutral. Si el proyecto piloto sale bien esperamos poder alcanzar una relación comercial con ellos a mayor escala.
Estamos tremendamente agradecidos por la calidad humana del equipo de L’Oréal, ¡así como por su compromiso por el medio ambiente!
P: Han pasado solo tres años desde que nació Reforestum, pero desde entonces la conciencia sobre la necesidad de transitar hacia una economía sostenible ha crecido mucho entre la opinión pública. ¿Habéis notado este cambio en Reforestum?
R: Algunos mega-proyectos con los que estamos en contacto nos han dicho que la demanda de créditos de carbono se multiplicó por cuatro en el año 2019 con respecto al 2018, este dato ya habla sólo por sí mismo. Cada día hay más y más empresas que se comprometen a una descarbonización total para 2030.
«Los clientes están dispuestos a pagar más por un producto eco que por uno que no lo ES, muchos estudios lo demuestran».
P: Ahora mismo hay muchísimas grandes empresas que se apuntan hacia modelos de producción y consumo más sostenibles. O, al menos, así lo aseguran sus acciones de marketing. ¿Crees que se trata de un cambio de conciencia real que se plasma en hechos o hay detrás una necesidad de mostrarse concienciados ante los usuarios?
R: Creo que es una combinación de factores. Hay mucha presión desde muchos ángulos, empezando por los inversores -que quieren minimizar riesgos-. Algunos escándalos han empujado para que las grandes marcas impongan estándares más severos en sus cadenas de suministro.
Los clientes están dispuestos a pagar más por un producto eco que por uno que no lo sea, y hay muchos estudios que así lo demuestran.
Las empresas también se han dado cuenta de que necesitan evolucionar y rediseñar sus valores internos para incentivar a sus propios empleados y atraer talento.
También me atrevería a decir que, a grandes rasgos, las empresas españolas están varios pasos por detrás, y muchas de ellas ancladas en modelos anticuados, aún no ven el valor que esto tiene para sus propias organizaciones, lo cual es un gran error porque, entre otras cosas, a la larga les hace perder ventaja competitiva.
P: ¿Cuál crees que es el papel de las administraciones públicas españolas y europeas en la transición a una economía más sostenible? ¿Crees que están cumpliendo o deben mejorar en este aspecto?
R: Debo dar la enhorabuena a las comunidades autónomas porque nos facilitan muchísimo el trabajo.
El Ministerio para la Transición Ecológica ha dado pasos muy importantes y estamos mucho mejor que otros países europeos, por encima de la media, pero aún así hay muchísimo que mejorar, mucho trabajo por hacer.
A nivel europeo, nos gustaría ver un estándar para el mercado voluntario. Necesitamos que haya una unificación europea en cómo se regulan, verifican y certifican los proyectos de absorción, así como la posterior creación de un mercado unificado europeo. Se especula mucho sobre la convergencia del mercado voluntario y el compliance, pero no se ven avances en este aspecto.