Snap, la empresa matriz de Snapchat, ha suspendido a Yolo y LMK, dos aplicaciones de terceros que estaban integradas en la red social y que permitían a los usuarios enviar mensajes anónimos. La suspensión, de la que se ha hecho eco el periódico estadounidense Los Angeles Times, se produce en respuesta a una demanda presentada el lunes en los Estados Unidos a nombre de Kristin Bride, la madre de un adolescente del estado de Oregón que se quitó la vida en 2020 tras haber recibido mensajes de acoso durante meses a través de Yolo y LMK.
La demanda alega que Yolo y LMK violaron la ley estadounidense de protección al consumidor al no cumplir con sus propios términos y condiciones de servicio, y que las aplicaciones de mensajería anónima facilitan el acoso hasta tal punto que «deberían ser consideradas como productos peligrosos». Ambas se integraron con la plataforma de mensajería Snapchat a través del Snap Kit, el conjunto de herramientas de la compañía para desarrolladores externos.
«A la luz de las serias acusaciones planteadas por la demanda, y por precaución por la seguridad de la comunidad de Snapchat, estamos suspendiendo las integraciones del Snap Kit de Yolo y LMK mientras investigamos estas afirmaciones», declaró un portavoz de Snap en un comunicado.
Los demandantes quieren «castigar» a las compañías, no a los acosadores
La demanda pretendía que Yolo y LMK fuesen suspendidas inmediatamente de la plataforma de Snap, junto con otras aplicaciones que carecen de protección contra el acoso en Internet (también conocido como «ciberacoso» o cyberbullying, en inglés). Los demandantes, que dicen representar a todos los usuarios de Snapchat, Yolo y LMK (que agrupan en total a 92 millones de usuarios), también han solicitando daños y perjuicios por las supuestas tergiversaciones y daños producidos.
A pesar de lo que podría parecer, la demanda dice específicamente que no pretende ir tras los usuarios que enviaron los mensajes de acoso, solo tras las empresas que facilitaron estas acciones; es decir, Snap y los desarrolladores de Yolo y LMK:
«Los reivindicaciones de esta acción […] no se centran en las comunicaciones de los propios usuarios ni pretenden castigar a los remitentes de los mensajes de intimidación y acoso. […] Estas reivindicaciones hacen referencia a cómo las aplicaciones de mensajería anónima diseñaron y distribuyeron productos y servicios que son intrínsecamente peligrosos, inseguros e inútiles. Durante décadas, se ha sabido que las aplicaciones de mensajería anónima causan graves y fatales daños a los adolescentes, por lo que los daños causados por las aplicaciones de los acusados eran previsibles».
¿Son responsables las redes de las acciones de sus usuarios?
El caso es parte de una nueva ola de litigios en los Estados Unidos que pretende responsabilizar a las compañías de redes sociales de su contenido, a pesar de que la sección 230 de la ley de Decencia de las Comunicaciones estadounidense sostiene que los servicios de Internet no son responsables de las acciones de sus usuarios. Un tema de gran actualidad en los Estados Unidos, donde la reforma de esta ley está en el aire y las grandes compañías tecnológicas han mostrado su rotundo desacuerdo al respecto.
Los demandantes argumentan que Yolo prometió a los usuarios poseer una política de tolerancia cero con el acoso o el comportamiento abusivo, pero que no cumplió con esos compromisos al permitir que el abuso continuara durante meses en la plataforma y no respondiera a Bride cuando se comunicó con la compañía en varias ocasiones para tratar la muerte de su hijo. Los términos y condiciones de servicio de LMK contienen unos compromisos similares, y la demanda alega que Snap tampoco cumplió con sus políticas al no eliminar a Yolo y LMK de su plataforma.
El ciberacoso ha sido un grave problema en foros y redes sociales durante años. Como forma de prevenir y mitigar el acoso en su red, Facebook introdujo en febrero una serie de funciones en Messenger, su aplicación de mensajería, destinadas a reducir el abuso, incluido un sistema de alerta para prevenir el acoso a menores de edad.