Twitter está solicitando la opinión de sus usuarios para restructurar las normativas sobre el uso que los políticos y otras figuras públicas pueden hacer de la plataforma, así como qué tipo de restricciones (si las hubiera) deberían tener sus tuits.
«Los políticos y los funcionarios gubernamentales están cambiando constantemente la forma en que usan nuestro servicio, y queremos que nuestras políticas sigan siendo relevantes para la naturaleza cambiante del discurso político en Twitter y para que protejan el bienestar de la conversación pública. Por eso estamos revisando nuestro enfoque a los líderes mundiales y solicitando tu opinión», dice Twitter en una publicación de blog.
¿Las redes sociales deben poder censurar a un político?
La consulta popular se produce dos meses después de la suspensión definitiva en la plataforma del entonces presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, tras la invasión del Capitolio de los Estados Unidos por parte de una muchedumbre de seguidores suyos, a los que él mismo «incitó» en sus redes sociales para frenar el recuento de votos que daría la presidencia a Joe Biden.
A raíz de las actuaciones contra Trump por parte de Twitter y otras redes sociales, se creó un debate público sobre si una red social debe tener el poder de censurar o suspender a una figura pública. Twitter ahora está tratando de esclarecer cuáles deberían ser sus pautas de acción, a través de una consulta pública y con el asesoramiento de varios expertos en derechos humanos, participación legal y cívica.
«En general, queremos escuchar al público sobre si creen o no que los líderes mundiales deberían estar sujetos a las mismas reglas que otros usuarios en Twitter. Y, si un líder mundial infringe una regla, qué tipo de acción sería apropiado que se aplicara».
Donald Trump llevaba siendo el protagonista de la polémica en Twitter desde hace años
Aunque las medidas contra Trump en la plataforma son recientes, el acontecimiento de enero no fue la primera vez que se denunció públicamente su actitud. En 2016, Trump tuiteó que las personas que quemaran la bandera estadounidense deberían ser despojadas de la ciudadanía. En 2018, Trump amenazó a través de un tuit al líder norcoreano Kim Jong-un con una guerra nuclear, en medio de las crecientes tensiones entre las dos naciones. En mayo del año pasado, Trump también tuiteó de forma incendiaria sobre las protestas del movimiento Black Lives Matter, dejando entrever que estaba a favor de una respuesta violenta por parte de las fuerzas de seguridad del país contra los manifestantes.
En cada uno de estos casos, se pidió a Twitter que suspendiera a Trump de la plataforma, a lo que la compañía se negó en todo momento, señalando que, como figura pública, la gente tenía derecho a ver lo que tenía que decir. Con el paso del tiempo, Twitter fue modificando y revisando continuamente sus reglas para aclarar exactamente por qué no estaba tomando medidas, en un esfuerzo por mostrar una mayor transparencia.
Twitter acabó actuando… mucho tiempo después
A pesar de su postura, la red social se vio obligada a tomar medidas el año pasado, añadiendo avisos de advertencia a dos de los tuits del entonces presidente Trump que cuestionaban la seguridad del proceso de votación de cara a las elecciones estadounidenses. Dicha acción llevó a Trump a solicitar una revisión oficial de las leyes estadounidenses que protegen a las redes sociales de la responsabilidad legal sobre el contenido publicado por sus usuarios.
Esta fue la primera vez que Twitter tomó medidas sobre afirmaciones falsas hechas por Donald Trump a través de un tuit, lo que provocó que se debatiera sobre la libertad de expresión que tienen los usuarios en Internet y el poder que tienen ahora las redes sociales para silenciar a los representantes electos cuando lo consideren oportuno.
Además de las solicitudes para que Twitter eliminara sus tuits y le suspendiera de la plataforma, la compañía advirtió constantemente a la administración Trump de que acabaría tomando medidas más severas si proseguía con su actitud. Twitter justificó todas sus acciones (incluida la suspensión del expresidente), aludiendo a la aplicación de los términos y condiciones de sus servicios.