La desinformación en Internet sobre el «fraude electoral» se desplomó un 73 por ciento después de que la semana pasada varias redes sociales suspendieran al presidente estadounidense Donald Trump y a varios de sus aliados de mayor relevancia, según descubrió la firma de investigación Zignal Labs.
Tal y como recoge el periódico The Washington Post, la nueva investigación realizada por la firma de análisis con sede en San Francisco informó que las publicaciones sobre «fraude electoral» cayeron de 2,5 millones de menciones a 688.000 menciones en varias redes sociales durante la semana posterior a la expulsión de Trump de Twitter.
Las redes sociales de Trump: un «megáfono para la desinformación»
La desinformación electoral había sido durante meses uno de los temas más importantes dentro de la desinformación en Internet, comenzando incluso antes de las elecciones estadounidenses del 3 de noviembre, y siendo impulsada fuertemente por Trump y sus aliados.
Zignal descubrió que esta cayó rápida y abruptamente en Twitter y otras plataformas en los días posteriores a la suspensión definitiva de Twitter, el 8 de enero.
El presidente saliente y sus seguidores también han perdido cuentas en Facebook, Instagram, Snapchat, Twitch, Spotify, Shopify y otras. Facebook calificó la suspensión de Trump como «indefinida», pero dejó abierta la posibilidad de que la cuenta pudiera ser restaurada más adelante.
Los hallazgos, que recogen desde el 9 de enero hasta el pasado viernes, resaltan cómo fluyen las falsedades en las redes sociales, reforzándose y amplificándose entre sí, y ofrecen una indicación temprana de cómo las acciones coordinadas contra la desinformación pueden marcar la diferencia.
La prohibición de Trump por parte de Twitter el pasado 8 de enero, después de años en los que su cuenta @realDonaldTrump fue un potente megáfono online, ha sido particularmente importante para frenar su capacidad para impulsar afirmaciones engañosas sobre lo que los funcionarios estatales y federales han llamado «elecciones libres y justas», el pasado 3 de noviembre.
El destierro de Trump fue seguido por otras acciones de las redes sociales, incluida la prohibición en Twitter de más de 70.000 cuentas afiliadas a la ideología infundada de QAnon, que jugó un papel crucial en el fomento del asedio al Capitolio el 6 de enero.
«Juntas, esas acciones probablemente reducirán significativamente la cantidad de desinformación en Internet a corto plazo», dijo Kate Starbird, investigadora sobre desinformación en la Universidad de Washington. «Lo que sucede a largo plazo aún está en el aire».
Trump: el núcleo de una «maquinaria de desinformación sin igual»
Zignal descubrió que el uso de hashtags relacionados con los disturbios del Capitolio también disminuyó considerablemente. Las menciones al hashtag #FightforTrump, que se implementó ampliamente en Facebook, Instagram, Twitter y otros servicios de redes sociales en la semana anterior al mitin, cayeron un 95%. #HoldTheLine y el término March for Trump (Marcha por Trump) también cayeron más del 95%.
La investigación de Zignal y otros grupos sugiere que un ecosistema de desinformación poderoso e integrado, compuesto por personas influyentes de alto perfil, seguidores que funcionan como tropas y el propio Trump, fue fundamental para incentivar a millones de estadounidenses a rechazar los resultados de las elecciones, y ahora puede tener problemas para sobrevivir sin sus cuentas de redes sociales.
Los investigadores han descubierto que los seguidores de Trump retuitearon los tuits a un ritmo notable, sin importar el tema, lo que le dio una capacidad prácticamente incomparable para dar forma a las conversaciones online. La profesora de ciencias de la información de la Universidad de Colorado, Leysia Palen, declaró en octubre, después de meses de investigación: «La maquinaria de amplificación de Trump no tiene igual».
«La conclusión es que la expulsión generalizada de las plataformas, especialmente a la escala que ocurrió la semana pasada, frena rápidamente el impulso y la capacidad de llegar a nuevas audiencias», dijo Graham Brookie, director del Laboratorio de Investigación Forense Digital del Atlantic Council, que rastrea la desinformación. «Dicho esto, también tiende a reforzar las opiniones de quienes ya participan en la difusión de ese tipo de información falsa».