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Roku tiene el catálogo de Quibi, pero no su tecnología

La semana pasada Quibi anunciaba que había llegado a un acuerdo con Roku, mediante el cuál éste se hacía con su catálogo y lo ofrecería de forma gratuita en su servicio de streaming. Así, Roku consiguió los más de 75 programas de la fallida startup que aspiraba a convertirse en el Netflix para móviles.

La tecnología de Turnstyle de Quibi no formaba parte del trato con Roku, que sí implicaba la transferencia de los derechos de licencia de su contenido, valorada en poco menos de 100 millones de dólares. Aunque la compañía de Jeffrey Katzenberg cesó toda actividad, según informa Variety, Quibi ha contratado un equipo legal para lidiar con la disputa en la que todavía se encuentra: un conflicto con la compañía de vídeos interactivos Eko está relacionado con Trunstyle, tecnología que Quibi espera vender en un futuro.

El conflicto con la tecnología Turnstyle

Turnstyle es el nombre que recibe la tecnología que Quibi usó para determinar la orientación del teléfono del espectador (ya sea horizontal o vertical) y que así el contenido se reprodujese en el modo apropiado, adaptándose la imagen.

La tecnología Turnstyle de Quibi

En un fallo del 30 de diciembre (que fue revelado el 8 de enero), la jueza federal que escuchó el caso negó la moción de Eko de una orden judicial preliminar que buscaba congelar los activos financieros de Quibi. El Tribunal concluía que Eko no había «presentado pruebas suficientes que justificasen la congelación de los activos financieros de Quibi», según escribía en el fallo la jueza Christina Snyder.

No obstante, Snyder descubrió que había evidencia «suficiente» para sugerir que tres ex empleados de Snap, quienes habían recibido un informe del CEO de Eko sobre la tecnología de vídeo interactivo de Eko antes de unirse a Quibi, estaban involucrados en un robo de secretos comerciales.

Snyder ordenó a Quibi que informara tanto al Tribunal como a Eko de cualquier venta o transferencia de tecnología o activos de propiedad intelectual dentro de las 48 horas posteriores a la decisión de tomar tal acción. Quibi también debe notificar tanto al Tribunal como a Eko, al menos 60 días antes, cualquier distribución de fondos o activos a los inversores de Quibi.

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En enfrentamientos judiciales anteriores, Eko estimó el valor de la propiedad intelectual de la que Quibi «se apropió indebidamente» en al menos 96,5 millones de dólares, o 101,9 millones si tenía en cuenta los intereses y tarifas previas al juicio.

¿Por qué fracasó Quibi?

La plataforma Quibi nació en abril en 2020. Ofrecía vídeos de consumo rápido, no más de 10 minutos, y éstos se podían visualizar exclusivamente en el móvil. Aquí entraba la tecnología Turnstyle que permitía al espectador visualizar el contenido como prefiriese, ya fuese de forma vertical u horizontal, y la imagen se adaptaba a la orientación deseada.

Durante el primer mes después del lanzamiento, Quibi consiguió 2,6 millones de descargas de la aplicación en móviles. No obstante, y a pesar de la prueba gratuita de hasta 90 días que ofrecía, a partir de ahí las descargas fueron mucho menores. Y, aunque consiguiese hasta 3,5 millones de descargas en dispositivos, solo 1,3 millones eran usuarios activos.

A pesar de que la plataforma creó mucha expectación en Estados Unidos, al estar pensada para ser usada en momentos muertos fuera de casa (como los viajes en transporte público) la situación provocada por el COVID-19 mermó su impacto, o al menos esta es la opinión de su cofundador Jeffrey Katzenberg.

De este modo, tras solo 6 meses de funcionamiento, Quibi cerró y vendió su contenido (parte de él inédito) a Roku que, con más de 50 millones de cuentas activas, lo ofrecerá de forma gratuita y entrará en el mercado de producción de contenido original.

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