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Snapchat, a favor de que las redes sociales etiqueten las fotos con retoque digital

Snapchat ha mostrado su apoyo a la propuesta de ley del Parlamento del Reino Unido que tendría como propósito principal obligar a las redes sociales a etiquetar las imágenes que presenten ediciones digitales, de forma que estas alteraciones queden claras para los usuarios que las vean.

Un proyecto de ley que pretende proteger a los jóvenes

La autocomparación negativa es uno de los mayores riesgos para los jóvenes en Internet. Un problema que no ha hecho más que aumentar con la creciente disponibilidad de herramientas avanzadas de edición fotográfica y alteración de imágenes, que permiten a muchos usuarios retocar sus fotografías, no siendo así representaciones realistas de cómo se ven verdaderamente.

Esta situación puede tener serios impactos en el mundo real y, recientemente, un parlamentario del Reino Unido pidió una acción directa para abordarlo. En septiembre, el doctor Luke Evans, diputado por el partido Tory, propuso una nueva ley que obligaría a las redes sociales a añadir etiquetas a cualquier imagen publicada que hubiera sido alterada o mejorada digitalmente. Evans dijo que tales mejoras digitales crean una «aspiración irreal e inalcanzable» para los jóvenes, que puede causar impactos psicológicos considerables.

«Con el clic de un ratón puedes tener bíceps más grandes, y con solo deslizar el pulgar puedes tener un cuerpo más delgado». Evans también señaló que aproximadamente 1,25 millones de personas en el Reino Unido podrían vivir actualmente con anorexia o bulimia.

La propuesta crearía un nuevo estándar que exigiría un nivel de detección en las cargas de imágenes digitales con el fin de resaltar dichas ediciones. Y, la semana pasada, el jefe de políticas de Snapchat en el Reino Unido, Henry Turnball, mostró su apoyo provisional al proyecto de ley.

«Entiendo las propuestas detrás del proyecto de ley del doctor Luke Evans para añadir algún tipo de logotipo o símbolo a las imágenes o los vídeos que han sido alterados digitalmente. Creo que es algo que tiene cierto mérito y que debería pensarse detenidamente».

Aun así, este no es un respaldo firme y hay varios factores que deberían tenerse en cuenta en la propuesta. Pero podría ser una forma importante y eficaz de reducir las comparaciones poco realistas, y de abordar las preocupaciones señaladas por Evans con respecto a los impactos en la salud mental.

Google también está investigando lo mismo

En octubre, Google compartió los resultados de las pruebas que había realizado con respecto al retoque de imágenes digitales y sus impactos en la salud mental.

«Realizamos varios estudios y hablamos con expertos en salud infantil y mental de todo el mundo, y descubrimos que cuando no sabes que una cámara o una aplicación fotográfica ha aplicado un filtro, las fotos pueden tener un impacto negativo en el bienestar mental. Estos filtros predeterminados pueden establecer discretamente un estándar de belleza con el que algunas personas se comparan».

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Desde entonces, Google ha actualizado la configuración de sus Google Pixel para que el retoque de las fotografías esté desactivado de forma predeterminada, además de estar investigando otras formas de resaltar la alteración de las imágenes digitales.

Es una propuesta interesante, y una que no será bien recibida por todos, pero que podría tener beneficios psicológicos de gran alcance, especialmente considerando las jóvenes audiencias de apps como Snapchat. Por supuesto, la gente buscaría formas alternativas de evitar esto, editando sus imágenes en otras apps para evitar cualquier detección automatizada. Pero también se están desarrollando nuevas herramientas que pueden resaltar cambios en el código digital, con el fin de detectar tales cambios.

Definitivamente, esta es una importante área de investigación y preocupación social, y es crucial que todas las plataformas investiguen cómo sus herramientas pueden afectar el bienestar mental y qué pueden hacer para ayudar, en cuanto sea posible.

En octubre, explicamos que Reino Unido amonestó a una serie de marcas que anunciaban productos de adelgazamiento mediante imágenes robadas a modelos profesionales, en un claro caso de publicidad engañosa.

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