Este 12 de octubre es, como cada año, la Fiesta Nacional en España. Una festividad que este año se torna algo «fuera de lo común» debido a la pandemia de la COVID-19 por la que estamos pasando en España y en el mundo entero. Por este motivo, celebraciones tradicionales como el desfile militar en tan señalado día se han cancelado, reduciéndose los actos protocolarios a uno solo sin público, en el Palacio Real, que será presidido por el rey Felipe VI.
Un día que, como no podía ser de otra manera, no ha sido desaprovechado por las marcas nacionales, que adaptan sus estrategias de marketing y sus mensajes a la actual crisis sanitaria… con mayor o menor acierto, ya que parece que el tono sensiblero empieza a cansar muchos usuarios, que prefieren un poco más de humor. En el caso que nos atañe en este artículo, Correos, en su última campaña, ideada por la agencia madrileña Contrapunto BBDO, invita a los ciudadanos a consumir en negocios locales bajo el eslogan «Orgullo por lo nuestro».
Un eslogan que alude a los valores más positivos de nuestra sociedad en los momentos más duros, invitando a sentirnos orgullosos por lo que podemos conseguir colaborando entre todos.
Correos Market: el fomento del consumo local
Un mensaje que viene también a concienciar al consumidor en unos momentos en los que los pequeños negocios se ven muy perjudicados por la menor afluencia de gente por las calles y por el mayor consumo en grandes plataformas digitales como Amazon.
Con esta campaña, Correos hace patente a los usuarios su compromiso con los negocios locales. A través de Correos Market, la marca pone a disposición de los productores y productoras toda la capacidad logística de Correos y su red de más de 2.400 oficinas distribuidas a lo largo del territorio nacional.
Publicidad exterior y un vídeo muy sentimental
La campaña hace uso de los colores rojo y amarillo gualda, aludiendo a los colores de la bandera nacional. La idea de esta acción publicitaria se ha llevado a cabo mediante el uso de publicidad exterior en soportes como marquesinas y lonas en fachadas, y combinándola con un vídeo difundido por la web y las redes sociales de Correos, mediante el uso del hashtag #OrgulloPorLoNuestro, así como por diferentes medios.
La pieza audiovisual cuenta con una canción de la compositora y cantante tinerfeña Sara Socas, en la que la artista habla sobre los valores patrios que de verdad nos unen. La letra de la canción es la siguiente:
Este mensaje es para ti, que te levantas cada día,
para dejarte la piel sin que exista garantía
de llegar a buen puerto al acabar la travesía
o de atravesar barreras a través de tu valía.
Siente orgullo de nuestra diversidad,
de tu barrio, de tu pueblo, de tu propia realidad.
Del que no quiere cerrar, del que cuida su local.
Del que mima cada miga y pedazo de tu pan.
Solo aquello diferente puede generar unión,
no aquellos que dividen ni la gentrificación.
Arriba los productores y su dedicación,
abajo los exaltados que destruyen la nación
El enemigo no está dentro, tampoco fuera,
nos observa desde el centro de la cima de la esfera.
Ser patriota no es izar una bandera,
ni pisar al que lucha por llenarse la nevera.
Es ahora cuando hay que apoyar lo nuestro,
al artesano de siempre, a los nuevos puestos.
En un mundo definido por lo que hay en tu bolsillo
ser rebelde puede darse con el acto más sencillo.
Polémica en las redes
Como no, en situaciones en las que alguien osa criticar algún elemento de las señales identitarias de nuestro país, ciertas personas tienden a hacer uso de su libertad de expresión para mostrar su descontento públicamente. Tras la publicación de un artículo por parte de un medio digital, acusado en varias ocasiones de falta de veracidad en sus contenidos, algunos usuarios de redes sociales pusieron el grito en el cielo ante la afrenta que se había llevado contra su bandera.
Un artículo que no ha pasado desapercibido tampoco para la propia artista, que comentaba en Twitter: «Me tengo que reír. Periodismo de calidad». Y es que, en estos tiempos, cuando alguien señala algo, ciertas personas prefieren quedarse mirando el dedo.