La semana pasada, supimos que Apple planea eliminar aquellas aplicaciones que no hayan recibido actualizaciones durante una buena temporada. En un principio, los de Cupertino les concedían a los desarrolladores 30 días de margen para tomar las medidas oportunas y así evitar la retirada de sus apps de la App Store; sin embargo, ahora han ampliado ese plazo a 90 días para darles algo más de tiempo.
A algunos desarrolladores que recibieron el ultimátum a través de un correo electrónico no les entusiasmó demasiado la idea. Para ellos, se trata de una barrera para los creadores independientes, que no cuentan ni con el tiempo ni los recursos suficientes para lanzar actualizaciones periódicamente. Por otro lado, muchos consideran que, si sus aplicaciones son completamente funcionales desde hace años, no debería ser necesario implementar ningún cambio.
Para tranquilizarles, Apple ha querido especificar qué criterios seguirán a la hora de determinar qué apps podrían correr el riesgo de desaparecer de su tienda. Concretamente, hacen alusión a las aplicaciones que no se hayan actualizado en los últimos tres años y no hayan superado un número mínimo de descargas durante un periodo de 12 meses. Sin embargo, esto solo supondrá el fin de su distribución a través de la App Store porque las apps seguirán estando disponibles para aquellos usuarios que ya las tengan instaladas.
Las razones de Apple
Además de anunciar la ampliación del plazo mencionado, Apple ha aprovechado la ocasión para aclarar los motivos por los que han tomado esta decisión. El gigante tecnológico asegura que esta situación no es nueva. Y es que ya adoptaron esta medida en 2016 “para eliminar las aplicaciones que no funcionan según lo previsto, no siguen las pautas de revisión actuales o están desactualizadas”.
De hecho, durante esos seis años, la compañía asegura haber retirado casi 2,8 millones de aplicaciones de su plataforma. Con este comunicado, Apple pretende justificar su movimiento apelando a la privacidad y la seguridad de los usuarios. Aseguran que el proceso les beneficia tanto a estos como a los desarrolladores de varias formas.
En primer lugar, por un lado, este proceso permite que los usuarios puedan encontrar las mejores aplicaciones más fácilmente. Por otro, dicen que también favorece a los desarrolladores, ya que sus apps tendrán más visibilidad y, por ende, más descargas. En definitiva, se trata de una criba para ofrecer aplicaciones que se ajusten a los estándares de calidad actuales.
Otra de las razones que aporta la compañía tiene que ver con la seguridad y la privacidad de los usuarios, como ya hemos comentado. Según ellos, “el hardware y el software de Apple evolucionan constantemente”, por lo que lo ideal es que los desarrolladores adapten sus aplicaciones regularmente con el fin de mejorar su rendimiento, seguridad y privacidad.
Por último, manifiestan que esta decisión se traduce en una mejor experiencia para los usuarios, dado que las aplicaciones actualizadas serán compatibles con los tamaños de pantalla modernos, SDK, API y todas las demás funciones que se ofrecen en los distintos tipos de dispositivos.
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