Hoy, 13 de septiembre, se celebra el Día del Programador. Y el centro de formación digital U-Tad nos recuerda cómo esta disciplina ha cambiado nuestro día a día, marcando un antes y un después en la forma de vivir de toda la humanidad en su conjunto.
Esta efeméride se celebra desde el año 2009. El trabajo de estos profesionales consiste en dar instrucciones a las máquinas en un lenguaje (el código) que ellas puedan interpretar para desarrollar las funcionalidades para las que fueron creadas. Una labor que, hoy en día, afecta prácticamente a todas las actividades laborales y a muchas facetas de la vida diaria, incluida la manera en la que nos comunicamos y relacionamos.
Programadores: la profesión del presente y del futuro
Por ello, la demanda de ingenieros de software ha crecido enormemente en los últimos tiempos y seguirá haciéndolo en el futuro. Es difícil encontrar un sector de la economía que no necesite desarrolladores de software, que están entre los profesionales mejor pagados del mercado. Sus ingresos pueden ir desde los 24.000 euros brutos al año para un perfil júnior hasta superar los 83.000 euros en el caso de los más experimentados, según afirman desde el Centro Universitario U-Tad.
“La aportación de estos expertos es hoy día irreemplazable. El software está detrás de prácticamente cada actividad que desarrollamos, en muchas ocasiones incluso cuando no estamos interactuando directamente con una máquina. Por ejemplo, cuando cogemos un producto de la estantería de un supermercado estamos interactuando, sin saberlo, con el resultado final de todo un potente entramado de sistemas informáticos que han intervenido para que ese producto llegue a esa estantería”, explica Javier García Algarra, director académico del área de Ingeniería y Ciencias en el Centro Universitario U-tad.
La influencia del programador en nuestro día a día
García Algarra destaca tres ámbitos de nuestra vida que han cambiado para siempre, y sin duda alguna a mejor, gracias al software.
- La conducción de un vehículo: sin necesidad de llegar a la conducción automática (meta cada vez más cercana), cualquier vehículo de automoción que pueda adquirirse en el mercado esconde bajo su chapa una extensa colección de programas informáticos: para la gestión energética del motor, la monitorización de los sistemas, prestar apoyo a la conducción o a las maniobras, conectarse con los dispositivos móviles de los conductores… Conducir un coche es hoy mucho más sencillo gracias al soporte informático incorporado en los vehículos. Incluso su mantenimiento, dado que el propio software detecta automáticamente muchos de los fallos, facilitando la labor de los mecánicos.
- Las tareas del hogar. No hace falta llegar al máximo exponente de los sistemas domóticos, que permiten controlar y gestionar la iluminación, la climatización, los sistemas de ocio electrónico e incluso los electrodomésticos; una simple lavadora es, sin exagerar, un ordenador programable sustentado por un complejo software capaz de permitir un mayor control del usuario sobre la tarea a realizar, y de ofrecer total flexibilidad respecto a las posibilidades que ofrece esa máquina. Lo mismo ocurre si hablamos de la nueva generación de frigoríficos, aspiradoras, robots de cocina y todo tipo de electrodomésticos inteligentes e interconectados que tenemos en nuestros hogares.
- El diagnóstico médico. Si hay un sector que destaca frente a cualquier otro en la aplicación de técnicas y programas informáticos, por su impacto y relevancia en nuestra calidad de vida, es el sector de la salud. En el momento en que entramos en un centro médico estamos interactuando con alguna pieza de software: desde la gestión y la logística hospitalaria hasta la tableta o el PC donde el médico comprueba los historiales, pasando por todas las máquinas y dispositivos de diagnóstico e intervención presentes en los hospitales y centros de salud (resonancia magnética nuclear, medicina nuclear, análisis clínicos, monitorización hospitalaria y ambulatoria, escáneres de todo tipo, etc.). La sanidad ha vivido una evolución innegable e imparable.
Transformar nuestra carrera mediante la programación
La demanda de programadores está favoreciendo que muchos profesionales de diversos sectores estén reenfocándose hacia este campo en busca de unas mejores perspectivas laborales. No es extraño leer en la prensa artículos como este de eldiario.es, que aseguran que la facilidad para conseguir empleo en este campo es tan alta que los programadores pueden permitirse el lujo de abandonar su puesto de trabajo incluso por razones éticas, con la seguridad de que encontrarán otro empleo en un lapso de tiempo muy breve.
En nuestro caso, Digitalis nació como un medio con vocación transformadora hacia una nueva economía digital, y fruto de ello hemos realizado iniciativas como las recientes Becas Digitalis desarrolladas junto a ID Digital School y su división tecnológica ID Bootcamps. Instituciones como esta realizan cursos intensivos que permiten a sus alumnos capacitarse en unos meses para optar a perfiles júnior en campos muy demandados, como la programación Full Stack. Y es que este tipo de conocimientos son cada vez más demandados, no solo en puestos de trabajo para programadores, sino en otros muchos en los que la programación resulta un complemento valioso.