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Beatriz Fraile, de Stratesys: «Los jóvenes tienen arraigada la Responsabilidad Social Corporativa, y eso genera confianza con las marcas»

Hace unos días contamos que la Fundación A LA PAR había puesto en marcha, gracias a la colaboración de la consultora tecnológica Stratesys, una plataforma e-learning destinada a facilitar el aprendizaje y el desarrollo de personas con discapacidad intelectual, después de las dificultades que encontraron con la irrupción de la pandemia.

La Chief People Officer de Stratesys, Beatriz Fraile, nos cuenta cómo surge este proyecto y cuál es la importancia de la digitalización de empresas y hogares, encontrando el equilibrio con la parte humana que no debe perderse, en el avance hacia una sociedad mejor.

P. ¿Cómo surge el proyecto con la Fundación A LA PAR? ¿Es la primera vez que colaboráis?

R. Stratesys lleva tiempo colaborando con diferentes fundaciones en materia de integración. Desde colectivos con discapacidad o que tienen algún riesgo de exclusión socio-laboral por razón de edad, situación socioeconómica… Para nosotros es muy importante la Responsabilidad Social Corporativa.

En concreto con Fundación A LA PAR llevamos trabajando bastantes años de forma muy activa. Antes de finalizar 2020 nos comentaron que tenían en mente un proyecto de digitalización de procesos, entre ellos el de la formación. Durante el confinamiento, los chicos y chicas de la Fundación no podían ir presencialmente a las clases y estaban perdiendo mucho aprendizaje, por eso querían montar una plataforma e-learning que les ayudase con toda la parte formativa y también dar un soporte a la gente que estaba trabajando desde casa y pudiera tener alguna dificultad.

P. Durante la pandemia, por ejemplo, vimos cómo algunos niños y niñas tenían dificultades para seguir las clases online porque no disponían de ordenador o de conexión a Internet en casa. ¿Es posible una digitalización universal e igualitaria?

R. Algunas de las fundaciones con las que trabajamos tienen en marcha proyectos de este tipo. De hecho, cuando empezó la pandemia nosotros montamos una iniciativa, en la que se involucraron muchos trabajadores, para donar ordenadores a personas que lo necesitaban, especialmente para las clases online de sus hijos. Esto nos ha llegado muy de golpe y hay familias que no han podido hacer frente a este cambio tan repentino.

En este sentido, empresas como Stratesys tenemos que poner nuestro grano de arena para que la tecnología no sea algo de unos pocos, sino que llegue a casa de todos. Uno de nuestros lemas es «Technology for Good», utilizar la tecnología para generar un impacto positivo en la sociedad.

P. En cuanto al teletrabajo, ¿consideras que cuando todo esto pase volveremos atrás o encontraremos un punto medio entre la presencialidad y el teletrabajo?

R. El teletrabajo es una buena opción para facilitar la conciliación, la flexibilidad horaria o para ahorrar tiempo y dinero en desplazamientos. Pero no hay que perder de vista el engagement y el contacto personal entre los trabajadores.

Afortunadamente en Stratesys desde el minuto uno, pudimos dar continuidad a los proyectos en curso gracias a nuestras plataformas colaborativas, pero no queríamos perder de vista el contacto personal. Encontrar modelos mixtos en los que se compagine el teletrabajo y la presencialidad, en mi opinión, es lo óptimo. Tras el COVID hay una clara tendencia creciente al teletrabajo, pero creo que cuando pase todo esto será positivo retomar el contacto presencial que fomente el aprendizaje colaborativo y la interacción personal entre los equipos.

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Las conversaciones en “la máquina de café” a veces son tan importantes o incluso más, que la reunión que haces a través de una videoconferencia programada.

«Tras el COVID hay una clara tendencia creciente al teletrabajo, pero creo que cuando pase todo esto será positivo retomar el contacto presencial que fomente el aprendizaje colaborativo y la interacción personal entre los equipos»

P. En el terreno del empleo también se plantea otro modelo mixto, el que surge de la combinación de la automatización de procesos y las habilidades propias del ser humano, muy demandadas en los perfiles laborales que actualmente buscan las empresas. ¿Es posible el equilibrio entre ambas?

R. Este es un debate muy moral. Yo creo que no hay que ir a contracorriente de la tecnología, lo que hay que cuidar es el uso que hacemos de ella. Hay ciertas cosas que no podemos sustituir. Nosotros, como empresa tecnológica, tendemos a intentar digitalizar todo lo posible y automatizar muchos procesos.

Hoy en día, por ejemplo en materia de Recursos Humanos, ya tenemos herramientas que nos ayudan con la criba curricular, a hacer pruebas psicotécnicas que nos dan información clave sobre los tan importantes soft skills (creatividad, innovación, trabajo en equipo, adaptación al cambio…), pero hay una parte de feeling que no debemos perder y que generalmente se puede apreciar en una entrevista, en una dinámica de grupo… que se lleva a cabo por un equipo de trabajo y no tanto por una máquina. La tecnología de automatización de procesos, nos ha permitido precisamente poder dedicar el tiempo a estas tareas donde el equipo aporta más valor.

La tecnología va a seguir avanzando, pero hay que tener en cuenta que quien crea la tecnología somos nosotros. No creo que la tecnología vaya a sustituir puestos de trabajo, sino que muchos de estos puestos de trabajo que conocemos hoy no existirán mañana porque habrá otros nuevos. Esto lleva pasando muchos años, la tecnología solo ha sido un acelerador.

P. A veces la tecnología se percibe como un ente abstracto y es importante recordar que, tal y como has dicho, es creada por los seres humanos. Es habitual encontrar opiniones extremas en este sentido: los fanáticos de la tecnología y los escépticos. ¿Es posible salir de ese debate y encontrar un término medo en el que se defienda un uso práctico y responsable de las herramientas digitales, sobre todo para optimizar el tiempo?

R. Ahora estamos en un momento en el que todo lo queremos aquí y ahora y la paciencia es algo que cada vez abunda menos. Esto lo tenemos gracias a la tecnología y está bien, pero encontrar un equilibrio, igual que con el teletrabajo, es lo óptimo aunque sea difícil.

También hay mucho debate con el tema de las redes sociales y el uso que hacemos de ellas. Las redes sociales son fantásticas y tienen unos fines extraordinarios, pero todo depende de cómo las usemos. En este sentido, la educación tiene un papel muy importante para enseñar a los niños y niñas a hacer un buen uso de la tecnología y también para formarles en estas nuevas profesiones que van surgiendo. Nosotros apostamos mucho por el talento joven. El sector tecnológico es un mercado creciente que cada vez genera más empleo y queremos participar en ese proceso de formar gente e incorporar nuevo talento al mercado laboral.

«la educación tiene un papel muy importante para enseñar a los niños y niñas a hacer un buen uso de la tecnología y también para formarles en las nuevas profesiones que van surgiendo»

P. ¿A qué dificultades se enfrenta una persona con discapacidad intelectual en el uso de las herramientas tecnológicas?

R. Las personas con discapacidad intelectual pueden adaptarse fenomenal a la tecnología y en muchos casos les facilitará muchísimo la vida. Las personas con capacidades diferentes suelen tener un enfoque didáctico basado en ejemplos prácticos, lo que requiere de una demostración de las tareas.

En el caso del teletrabajo, lo que les ha dificultado su desarrollo ha sido la rapidez de tener que hacerlo de un día para otro sin ese proceso de aprendizaje práctico. Pero no hay ningún problema más allá de eso, simplemente hay que tener en cuenta que todos tenemos capacidades diferentes y, por tanto, distintas maneras de aprender.

P. Desde el punto de vista del diseño, ¿están las herramientas tecnológicas dirigidas a un público más generalista, sin tener en cuenta la diversidad de las personas?

R. A día de hoy, las herramientas son cada vez más “nivel usuario”, de usos muy intuitivos y sencillos. Pero sí es cierto que las empresas que trabajamos con tecnología tenemos la responsabilidad de hacer que las soluciones sean cada vez más fáciles de utilizar para cualquier tipo de público.

P. En cuanto al acceso al mercado laboral, ¿las personas con discapacidad intelectual tienen ahora menos dificultades que antes, en un tiempo en el que podía haber más prejuicios?

R. Yo creo que hemos avanzado mucho y las leyes también ayudan. Todas las empresas tienen que tener un porcentaje de personas con algún tipo de discapacidad, ya sea intelectual o física. Esa es una obligación fantástica, porque la diversidad dentro de una compañía es algo muy enriquecedor.

Aunque aún queda mucho por hacer, la sociedad progresa en materia de integración, pero hay que vencer ciertos miedos. No es tanto una cuestión de prejuicios por considerar que la persona con discapacidad no vaya a responder a las expectativas o sacar el mismo trabajo, sino de miedo a que la compañía no sepa motivar o responder a sus necesidades.

Sin embargo, vamos en una muy buena línea. La Responsabilidad Social Corporativa está muy integrada y además la gente joven tiene muy arraigado este concepto.

«Aunque aún queda mucho por hacer, la sociedad progresa en materia de integración, pero hay que vencer ciertos miedos. No es tanto una cuestión de prejuicios por considerar que la persona con discapacidad no vaya a responder a las expectativas o sacar el mismo trabajo, sino de miedo a que la compañía no sepa motivar o responder a sus necesidades»

P. Esto último lo hemos visto sobre todo a raíz de la pandemia, cuando las empresas y las marcas que salieron más reforzadas fueron las que se involucraron en la medida de lo posible en prestar ayuda de cualquier tipo a la sociedad.

R. Sí, cada vez nos preguntan más a las empresas qué hacemos en el campo de la RSC. Y es una tendencia que proviene sobre todo de la gente joven. Nosotros contratamos a mucha gente que acaba de terminar los estudios a través de Foros, Ironhaks, concursos de Tecnología, etc, y vemos cómo los chicos y chicas vienen con propuestas de desarrollo de software y de aplicaciones más orientadas a ayudar a la sociedad, ya sea en tema de sostenibilidad, de integración y cooperación… La gente joven está muy concienciada de que hay que hacer las cosas bien.

P. Este puede ser un factor diferencial muy importante para las empresas, sobre todo en el terreno de la confianza que generan al público.

R. La confianza es fundamental y esta se genera si ves que la empresa en la que estás o con la que vas a trabajar hace las cosas bien y es responsable. La gente quiere trabajar en empresas que intentan mejorar el mundo.

P. Relacionado con la RSC y con Stratesys, ¿hay algún proyecto en curso o futuro que quieras destacar?

R. Tenemos varios proyectos para lanzar diversas iniciativas, pero aún están pendientes de cerrarse. Siguiendo con el tema de la discapacidad intelectual, además de integrarlos en nuestros equipos y de colaborar con diversas fundaciones, en Stratesys también hacemos formación. Por un lado, les enseñamos a enfrentarse a un reto laboral como puede ser una entrevista de trabajo, redactar un currículum, saber qué tipo de competencias están valorando más las empresas, cómo posicionarse en redes sociales, etc. Y, por otra parte, queremos comenzar con formación técnica para facilitar su integración en el mercado laboral.

Lamentablemente, ellos han sido de los colectivos más afectados por la pandemia. Desde las fundaciones me comentan que normalmente cada año incorporan al mercado laboral gran porcentaje de los alumnos, pero este año ha habido muy pocas contrataciones.

Por eso es importante ayudarles en la medida de lo posible, sobre todo ahora. Lo han pasado mal y hay que apoyarles más que nunca, para que sepan que todo esto va a pasar y que es importante que sigan formándose y aprendiendo.

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