La confianza entre consumidores y marcas emerge como una de las tendencias más relevantes para 2025, en un contexto donde la desconfianza hacia las empresas ha alcanzado niveles alarmantes. La gestión de datos, privacidad y seguridad se sitúa en el centro de las preocupaciones de los consumidores, una situación intensificada por la llegada de la inteligencia artificial generativa, que plantea interrogantes sobre el uso ético y transparente de esta tecnología.
Un informe del Qualtrics XM Institute revela que la confianza del consumidor en Estados Unidos está en su punto más bajo desde 2016, exponiendo un reto significativo para las empresas. Además, el informe subraya una disparidad generacional: mientras que el 57% de los mayores de 65 años aún confía en las marcas, solo el 28% de los jóvenes entre 18 y 24 años comparte esta confianza, lo que refleja un escepticismo creciente entre los consumidores más jóvenes, quienes sienten que las empresas no priorizan sus intereses.
Aunque la confianza se erosiona, la demanda de productos y servicios de calidad sigue siendo elevada. Sin embargo, ante la falta de credibilidad en las marcas, los consumidores están recurriendo a fuentes alternativas de información, entre las que destacan los influencers. Según un estudio de Adobe, el 37% de la Generación Z ha comprado productos basándose en las recomendaciones de influencers, quienes generan tasas de conversión hasta diez veces más efectivas que las redes sociales tradicionales.
En este panorama, las marcas enfrentan un desafío crucial: deben priorizar la transparencia y la ética en sus estrategias, no solo para recuperar la confianza perdida, sino también para conectar de manera auténtica con un público cada vez más exigente e informado.
El impacto de los influencers en cada vez más notable en los resultados financieros
Durante la Cyber Week, los afiliados y socios, incluidos los influencers, generaron el 19% de los ingresos y contribuyeron a un crecimiento interanual del 23,4%. Este dato resalta la efectividad de los influencers como catalizadores de confianza y conexión auténtica con los consumidores. Cada vez más, los consumidores muestran cansancio por los anuncios tradicionales y aprecian la cercanía y autenticidad que los influencers aportan a las marcas. Los influencers no solo están impulsando las ventas, sino también transformando la manera en que las marcas interactúan con sus clientes, lo que contribuye a una experiencia del cliente más genuina y significativa.
En este sentido, los influencers no solo son una herramienta de marketing, sino actores esenciales para modelar la experiencia del cliente. Las recomendaciones para las las marcas es que confíen en los creadores de contenido, otorgándoles la autonomía necesaria para generar contenido auténtico que conecte con su audiencia. Si bien esta estrategia puede ser difícil de implementar para algunas marcas, especialmente aquellas acostumbradas a controlar cada aspecto de su mensaje, la creciente competencia en los canales digitales hace que este enfoque sea cada vez más necesario.
Así, frente a los desafíos de confianza que las marcas deben enfrentar, los influencers se perfilan como un recurso clave para construir y mantener la lealtad del cliente en 2025. Su capacidad para generar conexiones genuinas con las audiencias ofrece a las marcas una vía eficaz para superar la desconfianza generalizada y fortalecer su posicionamiento en un mercado cada vez más exigente.