La transformación digital está modificando profundamente el panorama laboral en España. Según el informe The Future of Jobs Report del Foro Económico Mundial, para 2025, el 50% de los trabajadores necesitarán actualizar sus competencias para adaptarse a los rápidos avances tecnológicos. Este fenómeno está impulsando la implementación masiva de estrategias de «reskilling» y «upskilling», fundamentales para afrontar los desafíos de la automatización y las nuevas demandas del mercado en todos los sectores.
La tecnología, que antes se limitaba a áreas específicas, se ha convertido en un elemento central para la competitividad empresarial y el desarrollo profesional. En este contexto, el reskilling busca preparar a los empleados para asumir roles completamente nuevos que requieren habilidades diferentes, mientras que el upskilling se enfoca en optimizar las competencias existentes para tareas más avanzadas o especializadas dentro de un puesto actual.
Albert Alsina, director general de ERNI España, subraya que estas estrategias no solo mitigan el impacto de la automatización, sino que también potencian las oportunidades en la economía digital. “El éxito dependerá de la capacidad de las empresas y los trabajadores para reinventarse continuamente y aprovechar las ventajas que ofrece la tecnología”, apunta Alsina.
Este enfoque es crítico en un mercado laboral en constante evolución, donde la adopción de habilidades digitales avanzadas se ha convertido en una herramienta imprescindible para mantenerse competitivo y relevante. Con la tecnología como eje transversal, tanto empresas como profesionales deben adaptarse rápidamente para liderar en un entorno laboral definido por la innovación y la digitalización.
Sectores como el marketing, las ventas y la publicidad digital se encuentran entre los más impactados por la necesidad de actualización constante de conocimientos. La rápida evolución tecnológica y el cambio en los comportamientos de los consumidores, impulsados en gran medida por el auge de plataformas digitales y herramientas de análisis de datos, han transformado profundamente la manera en que estas industrias operan. Adaptarse a estos cambios ya no es opcional; es un requisito para mantenerse competitivo en un entorno cada vez más dinámico.
En el ámbito del marketing, la digitalización ha dado lugar a estrategias basadas en el big data, la personalización avanzada y el uso de inteligencia artificial para comprender y predecir el comportamiento del consumidor. Por su parte, en las ventas, la integración de tecnologías como los CRM (Customer Relationship Management, o sistemas de gestión de relaciones con clientes) y la automatización de procesos requiere que los profesionales estén capacitados para utilizar estas herramientas de manera efectiva y estratégica. En cuanto a la publicidad digital, el dominio de plataformas como Google Ads, Meta Ads (antiguo Facebook Ads) y el marketing en redes sociales es crucial, junto con la capacidad para interpretar métricas clave y optimizar campañas en tiempo real. Además, la rápida adopción de nuevos canales de comunicación, como el comercio conversacional a través de chatbots y asistentes de voz, junto con el auge del comercio electrónico y el marketing de influencers, exige habilidades especializadas que van más allá de las tradicionales. Los profesionales de estos sectores deben estar al tanto de las tendencias emergentes, como el metaverso, el uso de NFTs en campañas publicitarias y la implementación de estrategias basadas en sostenibilidad, para conectar de manera auténtica con audiencias cada vez más exigentes y conscientes.
La actualización de conocimientos en estas áreas no solo implica aprender a utilizar nuevas herramientas, sino también entender cómo los avances tecnológicos están redefiniendo los fundamentos de la relación entre empresas y clientes. Así, el reskilling y el upskilling en marketing, ventas y publicidad digital son esenciales no solo para responder a las demandas del mercado actual, sino también para anticiparse a los retos y oportunidades del futuro en un panorama laboral en constante evolución.
Frente a esta realidad, están emergiendo numerosas iniciativas de formación destinadas a equipar a los trabajadores con competencias digitales avanzadas. Las empresas, conscientes del impacto estratégico de estas habilidades, están asumiendo un papel cada vez más proactivo en el diseño y la promoción de programas formativos adaptados a las demandas actuales. Este compromiso no solo responde a la urgencia de cerrar la brecha de habilidades digitales, sino que también posiciona a las organizaciones como líderes en innovación y transformación.
El reskilling y el upskilling benefician tanto a los trabajadores como a las empresas. Para los primeros, garantizan la empleabilidad y la capacidad de afrontar los retos del futuro laboral. Para las segundas, fortalecen su base de talento humano, que se convierte en un motor clave de la transformación digital. Alsina subraya que invertir en formación no es solo una estrategia inmediata, sino una apuesta por un futuro sostenible, donde empleados y organizaciones prosperen en un entorno tecnológico en constante evolución. En última instancia, estas prácticas refuerzan la capacidad de adaptación y crecimiento, elementos esenciales para el éxito en la era digital.