La adolescencia presenta un desafío significativo para las familias que intentan hablar sobre la seguridad en Internet y las redes sociales con sus hijos. Google ha aprovechado este contexto para introducir nuevas salvaguardas en las recomendaciones, que detectan categorías de contenido en YouTube que, aunque inicialmente parecen inofensivas, pueden ser perjudiciales si se ven de manera constante.
Las herramientas de control parental de Google se concentran principalmente en el servicio Family Link. Este servicio centraliza los controles parentales que operan sobre la cuenta instalada en el dispositivo del menor. Adicionalmente, la Búsqueda Segura filtra o desenfoca contenido explícito en los resultados de búsqueda para cuentas de menores, y se ofrecen versiones adaptadas como YouTube Kids y la Experiencia Adaptada en YouTube.
Este martes, ha anunciado salvaguardas adicionales para las recomendaciones de contenido para adolescentes en YouTube. En colaboración con el Comité Asesor de Jóvenes y Familias de YouTube, se busca identificar las categorías de contenido que pueden ser inocuas en un solo vídeo, pero que podrían ser problemáticas si se ven de manera repetida.
En concreto, recoge categorías que tienen que ver con la apariencia física (por ejemplo, idealizaciones) o la agresión social en la forma de peleas sin contacto ni intimidación, como informan desde la compañía en una nota de prensa.
YouTube también ha incorporado en España los paneles de recursos de apoyo para crisis relacionadas con el suicidio y las autolesiones, que ofrecen recursos en los que solicitar ayuda en servicios de terceros.
HABLAR DE INTERNET SEGURO CON ADOLESCENTES
Estas novedades responden al hecho de que, si bien la seguridad en línea es una prioridad para las familias españolas, persisten preocupaciones significativas en torno a los riesgos que enfrentan los niños y niñas en el entorno digital, como se desprende de un reciente estudio realizado por el equipo de Trust and Safety Research de Google.
Según las conclusiones, las familias (98%) reconocen la importancia de iniciar conversaciones sobre seguridad digital a edades tempranas, entre los cinco y los ocho años, para abordar preocupaciones como el engaño pederasta ‘online’ o ‘grooming’ (45%), el ciberacoso (44%) y el consumo de contenidos sexualmente explícitos (42%).
En este sentido, el 87 por ciento de los padres ha hablado con sus hijos sobre seguridad en Internet en el último año. Las conversaciones informales (45%) y las normas establecidas por los padres (34%) se ven como las herramientas más eficaces para fomentar la seguridad en línea.
El estudio también destaca la edad media para tener el primer móvil es de 11 años, y antes de eso, los niños suelen compartir dispositivos con familiares. El 72% de los padres establecen límites de tiempo de uso, pero menos de la mitad (43%) de las familias utiliza herramientas de control parental y conoce los centros de ayuda de seguridad digital.
En cualquier caso, la adolescencia supone un desafío para las familias: el 71 por ciento de ellas con hijos de 13 a 17 años reconoce que es más difícil establecer normas sobre Internet a medida que los hijos crecen.