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Nuevo varapalo para Google: deberá pagar una multa de casi 400 millones de dólares por rastrear la ubicación de los usuarios sin su conocimiento

Google deberá pagar casi 400 millones de dólares como consecuencia de una demanda colectiva en Estados Unidos. Los fiscales de 40 estados norteamericanos decidieron tomar acciones legales contra la compañía porque, supuestamente, sigue rastreando la ubicación de los usuarios cuando estos desactivan dicho seguimiento.

Los de Mountain View ya están acostumbrados a enfrentarse a litigios de estas características. El año pasado, por ejemplo, 37 fiscales de EE.UU. les pusieron contra las cuerdas alegando que llevaban a cabo prácticas antimonopolio en su Play Store; aunque no era la primera vez que se encontraba en una situación similar.

La gran G siempre asegura que preservar la privacidad de los usuarios es una prioridad para ellos, sin embargo, para muchos, sus métodos no son del todo éticos y transparentes. Por ello, 40 fiscales de distintos estados del país han vuelto a demandar al gigante tecnológico, lo que, además de saldarse con una multa de 391,5 millones de dólares, ha logrado que implementen cambios relacionados con la privacidad en un futuro próximo. Todo ello gracias a la llegada a buen puerto de lo que califican como el “mayor acuerdo de privacidad en la historia de EE.UU.”.

¿Una artimaña para engañar a los usuarios?

Según Dana Nessel, fiscal general de Michigan, gran parte de los ingresos de Google provienen del uso que hacen de los datos personales de los usuarios con fines comerciales. En ocasiones, esta recopilación de información se hace sin el consentimiento explícito de los usuarios. De hecho, parece ser que estos son rastreados incluso cuando han desactivado el seguimiento.

Todo viene a raíz de una investigación realizada por Associated Press en 2018. Dicho artículo revelaba que Google “registra sus movimientos incluso cuando usted le dice explícitamente que no lo haga”. Con esta afirmación, hacían alusión a dos opciones de configuración de cuentas: “Historial de ubicación” y “Actividad web y de aplicaciones”. Y es que, aunque los usuarios deshabilitarán la primera para evitar compartir su ubicación, la segunda, activada por defecto, obtenía esta información por su cuenta sin el conocimiento de estos.

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Con estos datos sobre la mesa, los demandantes decidieron emprender acciones legales contra la compañía. Algo que, finalmente, ha dado sus frutos con una sanción millonaria al gigante tecnológico.

Si bien, la compañía aseguraba que la demanda carecía de fundamento, ya que está “basada en políticas de productos obsoletas que cambiaron hace años”, han tenido que ceder y llegar a un acuerdo por el que deberán incluir más opciones de control y transparencia con respecto a los datos de ubicación.

Un mayor control de la privacidad

«Los requisitos de transparencia de este acuerdo garantizarán que Google no solo informe a los usuarios sobre cómo se utilizan sus datos de ubicación, sino también sobre cómo cambiar la configuración de su cuenta si desean deshabilitar la configuración de la cuenta relacionada con la ubicación, eliminar los datos recopilados y establecer límites de retención de datos,» afirmó Nessel.

Concretamente, dicho acuerdo se traducirá en tres nuevas medidas que los de Mountin View deberán implementar en 2023. Son las siguientes:

  • Mostrar información adicional a los usuarios cuando activen o desactiven una configuración de cuenta relacionada con su ubicación.
  • Hacer que Google no oculte el funcionamiento de esta función de seguimiento, sino que esté obligado a mostrársela a los usuarios.
  • Crear una nueva sección denominada “Tecnologías de ubicación”, en la que se proporcione información detallada sobre los tipos de datos de ubicación que recopila la compañía.

Imagen de EKATERINA BOLOVTSOVA en Pexels

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