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El gobierno alemán pone en duda la neutralidad de Kaspersky: podría trabajar para Rusia

La Oficina Federal para la Seguridad de la Información de Alemania, más conocida por sus siglas BSI, sospecha que Kaspersky podría actuar en favor del gobierno ruso y proporcionarle información comprometida sobre sus rivales en occidente, así como perpetrar ciberataques contra ellos. Por ello, ha alentado a las empresas que utilizan sus soluciones de seguridad a reemplazarlas por otras más confiables.

En un comunicado, explican que el antivirus de la organización podría aprovechar sus privilegios de nivel superior en Windows y sus capacidades de protección en tiempo real para suministrar a Rusia con archivos confidenciales de sus adversarios.

Si bien es cierto que esto se le podría atribuir a casi cualquier software de este tipo, la agencia alemana considera que, pese a ser una empresa privada, Kaspersky podría verse obligada por el gobierno ruso a espiar o llevar a cabo ciberataques contra la Unión Europea, la OTAN o la propia Alemania.

“Un fabricante de TI ruso puede llevar a cabo operaciones ofensivas por sí mismo, verse obligado a atacar sistemas de destino en contra de su voluntad, ser espiado sin su conocimiento como víctima de una operación cibernética, o ser utilizado indebidamente como herramienta para ataques contra sus propios clientes,” aseguran en su comunicado.

Según ellos, las empresas, autoridades de seguridad e infraestructuras críticas se encuentran en un momento especialmente delicado. Por ello, recomiendan que aquellas que usen software de Kaspersky lo sustituyan por otras alternativas más seguras durante el conflicto. Sin embargo, aconsejan precaución antes de dar el paso. Las organizaciones deben tener claro un plan B con antelación para no dejar a sus sistemas completamente vulnerables.

Kaspersky se defiende

Kaspersky no ha tardado en reaccionar a estas declaraciones. La compañía ha negado los hechos, asegurando que se trata de acusaciones falsas y sin fundamento que responden a motivos puramente políticos y reflejan el desconocimiento sobre el funcionamiento de sus productos.

“Creemos que esta decisión no se basa en una evaluación técnica de los productos de Kaspersky, por la que abogamos continuamente con BSI y en toda Europa, sino que se toma por motivos políticos. Continuaremos asegurando a nuestros socios y clientes la calidad e integridad de nuestros productos, y trabajaremos con BSI para aclarar su decisión y los medios para abordar sus preocupaciones y las de otros reguladores,” declaran en una nota de prensa.

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La organización explica que su infraestructura de procesamiento de datos se trasladó a Suiza en 2018, por lo que todos los archivos peligrosos que comparten sus usuarios voluntariamente no se procesan en Rusia, sino en dos centros de datos de Zurich. De esta forma, quieren hacer hincapié en que Kaspersky es una empresa privada y, como tal, “no tiene ningún vínculo con el gobierno ruso ni con ningún otro”.

Además, señalan que sus productos cumplen con los más altos estándares de calidad y seguridad, y siempre han apostado por una política de transparencia con sus usuarios en todo el mundo.

Asimismo, han querido dejar clara su postura en relación al conflicto entre Rusia y Ucrania para intentar disipar todas las dudas sobre su imparcialidad: “Creemos que el diálogo pacífico es el único instrumento posible para resolver los conflictos. La guerra no es buena para nadie”.

La compañía ya ha sido objeto de sospechas similares

No es la primera vez que se vierte este tipo de acusaciones sobre la compañía. En 2017, el gobierno estadounidense, liderado por Donald Trump, decidió sacar a Kaspersky de la lista de proveedores de software de las agencias federales del país, debido a las sospechas de que pudiera servir como un agente de espionaje al servicio del Kremlin.

En esa ocasión, la organización de ciberseguridad también se defendió: “la empresa tiene una historia de 20 años en la industria de la seguridad de TI de cumplir siempre con las más altas prácticas comerciales éticas, y Kaspersky Lab cree que es completamente inaceptable que se acuse injustamente a la empresa sin ninguna prueba sólida que respalde estas acusaciones falsas”.

La empresa se mostró incluso más molesta que ahora, alegando que, durante los últimos diez años, Kasperky Lab había informado de más campañas de ciberespionaje ruso que cualquier otra empresa estadounidense; por lo que cualquier teoría sobre su afinidad con el gobierno ruso debería caer por su propio peso. Con el fin de demostrar su neutralidad, llegaron incluso a ofrecer públicamente su código fuente.

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