Windows 11 no acaba de convencer a los usuarios o, al menos, a eso apuntan los datos presentados por StatCounter. Y es que, a día de hoy, según sus estimaciones, el nuevo sistema operativo sólo alcanza el 7,42% de las instalaciones en todo el mundo. Los números representan un aumento de casi el 5% con respecto al mes pasado, sin embargo, siguen sin ser buenos resultados para Microsoft, que continúa perdiendo usuarios en favor de otras alternativas.
Tras ser anunciado a bombo y platillo como “una de las actualizaciones más importantes de Windows en la última década”, Microsoft no ha cumplido con sus expectativas. El lanzamiento de la prometedora versión del sistema operativo, el 5 de octubre, no estuvo ni mucho menos exento de polémica por muchos motivos como recordaremos más adelante, lo que, de alguna manera, puede verse reflejado en las cifras.
Windows sigue dominando el mercado, pero no tanto como antes
Como comentamos, en el último mes, el porcentaje de usuarios ha aumentado un 5% con respecto a enero, una cifra que coincide con el de la caída de usuarios en Windows 10, lo que no puede ser casual. No obstante, todo indica que este último tuvo una mejor acogida entre la comunidad, ya que, cinco meses después de su lanzamiento, contaba con casi un 12% de usuarios a nivel global, mientras que la nueva versión no alcanza el 8%.
Sin embargo, el caso de Windows 11 no es el peor. Los resultados no son tan malos si los comparamos con los de otras actualizaciones numeradas. En ese mismo periodo (cinco meses tras su lanzamiento), Windows 7 sólo logró que lo instalaran un 4,31% de usuarios y Windows 8, por su parte, un 3,7%. Así que, teniendo en cuenta la evolución de ambos, los resultados de Windows 11 también podrían mejorar bastante a lo largo del tiempo, aunque, de momento, uno de los mayores obstáculos para ello es el de sus elevados requisitos mínimos.
Como se puede ver, no se trata de un hecho aislado. La compañía ya ha tenido que lidiar con unas cifras no demasiado halagüeñas. Si bien hace 10 años, Windows dominaba el mundo de los sistemas operativos siendo el preferido para más del 90% de los usuarios, ahora la situación es algo distinta. Actualmente, el número de usuarios ha descendido al 75%, una cifra para nada desdeñable, pero que ha ido en favor de otros sistemas como Linux, macOS o Chrome OS.
El polémico lanzamiento de Windows 11
Los requisitos mínimos, sobre todo el controvertido TPM 2.0, causaron mucho revuelo entre la comunidad, que los consideró demasiados exigentes. Consciente de las reacciones, Microsoft justificó su decisión apelando a razones de seguridad y a una mejor experiencia para los usuarios. Aun así, ofrecieron una opción alternativa: instalar Windows 11 de forma manual. Sin embargo, no recomendaban hacerlo y tampoco se hacían responsables de los inconvenientes que este procedimiento pudiera causar.
A esto, además, hay que sumarle el caótico lanzamiento de “PC Health Check”, anterior al propio Windows 11. La herramienta supuestamente permitía saber si la nueva versión era compatible con los equipos, pero acabó generando más confusión que otra cosa, al no explicar correctamente los motivos por los que los usuarios no podrían dar el salto al nuevo sistema operativo. De hecho, poco después, vio la luz una aplicación no oficial que desempeñaba esta función bastante mejor, dejando en evidencia al gigante tecnológico.
Como resultado, Microsoft retiró “PC Health Check” durante una temporada con el objetivo de pulirla y poder relanzarla en condiciones óptimas más adelante, algo que acabó sucediendo en septiembre de 2021. No obstante, Microsoft no se quedó ahí. En octubre, la compañía optó por incluir el software en la última actualización de Windows 10 hasta el momento (KB5005463), por lo que su instalación ya no sería completamente opcional.
Con esta decisión, los de Redmond parecían querer forzar a los usuarios a instalar Windows 11, una estrategia que no fue muy bien recibida al considerarla demasiado agresiva, especialmente por los elevados requisitos antes mencionados. Precisamente, escasos días antes de su lanzamiento, un estudio revelaba que más de la mitad de los equipos empresariales no podrían dar el paso por no cumplir con dichos requisitos, por lo que la única solución era sustituirlos por otros más modernos.
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