El año pasado, tras los primeros incidentes de Donald Trump con Twitter en los que la compañía comenzó a etiquetar con mensajes de advertencia algunos tuits del entonces presidente de los Estados Unidos, Trump planteó una reforma de la sección 230 de la ley de Decencia de las Comunicaciones estadounidense, la cual especifica que «ningún proveedor o usuario de un servicio de ordenadores interactivo deberá ser tratado como el publicador o emisor de ninguna información de otro proveedor de contenido informativo», y que exime de responsabilidad a las redes sociales del contenido publicado en ellas.
Esta semana, según recoge Social Media Today, el director ejecutivo de Facebook, Mark Zuckerberg, el director ejecutivo de Google, Sundar Pichai, y el director ejecutivo de Twitter, Jack Dorsey, prestarán audiencia ante el Comité de Energía y Comercio de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos sobre los últimos cambios propuestos a la sección 230, con miras a mejorar las formas en que las plataformas de Internet gestionan la libertad de expresión, la moderación y la difusión de desinformación en sus plataformas.
Todos los gigantes tecnológicos se han opuesto a las reformas propuestas a la sección 230, argumentando que cualquier cambio significativo en la ley paralizaría la «web libre» y los obligaría a limitar en gran medida la libertad de expresión, con el fin de evitar posibles problemas legales.
A pesar de esto, como hemos visto anteriormente, muchas personas piensan que las plataformas no están haciendo lo suficiente para detener la difusión de la desinformación y del discurso de odio, lo que podría estar provocando una mayor división social. No obstante, otros argumentan lo contrario, diciendo que las plataformas están poniendo todo de su parte para censurar y restringir la libertad de expresión, siguiendo su propia agenda.
Zuckerberg no ve posible que su red social pueda monitorizar todo el contenido de su plataforma
Antes de la audiencia, el Comité de Energía y Comercio de la Cámara de Representantes publicó ayer las declaraciones escritas de los tres directores ejecutivos, en las que muestran su punto de vista sobre las reformas propuestas.
En su declaración, el director ejecutivo de Facebook, Mark Zuckerberg, pidió una mayor precaución y más cambios, señalando que es casi imposible que una empresa como Facebook monitorice todo lo que se escribe en su plataforma, dada las dimensiones de su red social.
«Las plataformas no deben ser consideradas responsables si un contenido en particular elude su detección, lo que no sería práctico para plataformas con miles de millones de publicaciones al día, pero se les debe exigir que cuenten con sistemas adecuados para gestionar el contenido ilegal».
Zuckerberg ha argumentado que los proveedores deberían tener sistemas adecuados para hacer frente a este tipo de contenido lo mejor que puedan, y que eso debería ser obligatorio por ley: «En lugar de que se les conceda inmunidad, se debería exigir a las plataformas que demuestren que tienen sistemas para identificar el contenido ilegal y eliminarlo».
Pichai pide una mayor transparencia en los procesos de gestión de contenido
Sundar Pichai, el director ejecutivo de Google, reitera en su testimonio escrito los supuestos peligros de la reforma de la sección 230: «La sección 230 es fundamental para la web abierta: permite que las plataformas y los sitios web, grandes y pequeños, en todo Internet, administren de manera responsable el contenido para mantener a los usuarios seguros y promover el acceso a la información y la libertad de expresión. Sin la sección 230, las plataformas deberían filtrar en exceso el contenido o no poder filtrar el contenido en absoluto».
Pichai propone prácticamente lo mismo que Zuckerberg, pretendiendo establecer procesos más transparentes para este tipo de gestiones, a fin de garantizar que todas las plataformas estén trabajando para obtener el mismo resultado.
«Las soluciones pueden incluir el desarrollo de políticas de contenido que sean claras y accesibles, notificar a las personas cuando se elimina su contenido y proporcionarles formas de apelar las decisiones sobre el contenido, y compartir cómo los sistemas diseñados para abordar el contenido dañino funcionan con el tiempo».
Dorsey pretende centrarse en los algoritmos y en los sistemas de aprendizaje automático
Jack Dorsey, el director ejecutivo de Twitter, muestra una visión más progresista en su declaración, refiriéndose a los nuevos proyectos de la compañía: Birdwatch y Bluesky, como posibles formas de avanzar para tratar de aplacar las inquietudes sobre la moderación y el contenido.
«Creemos que las personas merecen tener una mayor transparencia o un mayor control sobre los algoritmos que les afectan. Reconocemos que podemos hacer más para proporcionar una transparencia algorítmica, un aprendizaje automático justo y unos controles que empoderen a las personas. Los equipos de aprendizaje automático de Twitter están estudiando técnicas y desarrollando una hoja de ruta para garantizar que nuestros modelos algorítmicos presentes y futuros mantengan un alto estándar en lo que respecta a la transparencia y la equidad».