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PlayStation Vs. Xbox: ventas en cada generación de consolas

Noviembre de 2020 será recordado en la historia de los videojuegos como el mes en el que debutó la novena generación de consolas. En Digitalis ya hemos echado un vistazo a PlayStation 5 y Xbox Series S y X, así que, para culminar esta serie de artículos y celebrar que las nuevas consolas están ya en el mercado (aunque ahora mismo sea casi imposible comprarlas por escasez de unidades, ejem), vamos a rememorar cómo se ha desarrollado la rivalidad entre estos dos gigantes del videojuego durante las últimas dos décadas (con Nintendo, la tercera en discordia, como estrella invitada).

Antes de empezar, una aclaración: el gráfico es cortesía de Statista quien, a su vez, ha utilizado datos de VGChartz e informes empresariales para recabar las cifras de ventas de las consolas. Para recordar las fechas de salida y los precios hemos utilizado Wikipedia y este artículo de la web Meristation.

Preámbulo: nace PlayStation

La consola PlayStation llegó en 1994 a Japón y en 1995 a occidente. Pertenecía a la quinta generación de consolas y no compitió con ninguna Xbox, ya que Microsoft lanzó su primera consola una generación después. Sony se las vio en esa época con SEGA Saturn y Nintendo 64 y, a pesar de ser una recién llegada al sector, arrasó con casi 102 millones de consolas vendidas y convirtió a PlayStation en la marca que, durante años, y en cierta medida incluso hoy, muchos usuarios identifican directamente con «consola de videojuegos».

Dos peces gordos en el mercado (y uno chico pero muy listo)

Veamos ya el gráfico de Statista con la comparativa Xbox Vs. PlayStation y vayamos comentando generación por generación.

Comparativa de las ventas de tres generaciones de consolas PlayStation y Xbox
Comparativa de las ventas de tres generaciones de consolas PlayStation y Xbox, por Statista

Round 1: Xbox Vs. PlayStation 2. El momento de mayor esplendor de Sony

PlayStation 2 llegó a España en noviembre de 2000 a un precio de 74.900 pesetas (450 euros), mientras que Xbox debutó en nuestro país más de un año después, el 14 de marzo de 2002, por 479 euros. Para entonces, ya estaba claro que la interesantísima Dreamcast, lanzada por SEGA en Japón a finales del 98 y en occidente a finales del 99, y considerada la primera consola de esta sexta generación, iba a abandonar pronto el mercado. Aunque su calidad era indudable, fue lanzada en un momento en el que la marca PlayStation gozaba de una inmensa popularidad y todo el mundo estaba esperando a ver qué conseguía Sony con su PlayStation 2.

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Xbox era sin duda la más potente consola de la época. Empleaba tecnología directamente derivada de los PCs, con un chip de Intel que era una variación del Pentium, e integraba un disco duro y soporte online con tarjeta de red de serie (el servicio Xbox Live nació meses después del lanzamiento de la consola, en noviembre de 2002). PlayStation 2 no tenía de lanzamiento ni disco duro ni adaptador de red, elementos que adquirió posteriormente en forma de periféricos.

Sin embargo, para cuando Xbox llegó al mercado, PlayStation 2 ya había rebajado su precio y era inmensamente popular. Y desde el principio contó con el apoyo de una industria volcada en PlayStation, marca que había cambiado el marketing de videojuegos sacándolo del mercado infantil y adolescente y ampliándolo hacía los jóvenes adultos. Su catálogo llegó a ser inmenso: más de 3.800 juegos y probablemente ninguna otra consola en la historia tiene tal cantidad de rarezas y joyas ocultas (otro tema es el PC, claro).

PlayStation 2 tiene el honor de ser la consola de videojuegos más vendida de la historia (seguida muy de cerca por la portátil Nintendo DS, eso sí). La diferencia de ventas, 157,7 millones de PS2 por 24,6 millones de Xbox, fue abrumadora. Una tercera competidora, Nintendo GameCube, pequeña gran consola que se colocaba entre las máquinas de Sony y Microsoft en términos de potencia, no llegó a los 22 millones. PlayStation había barrido a sus rivales del mercado y se había convertido en una de las marcas más famosas y prestigiosas del mundo. Así que no era precisamente fácil prever lo que iba a pasar en la siguiente generación…

Round 2: Xbox 360 Vs. PlayStation 3. El ganador es… Nintendo Wii

La séptima generación de consolas ha sido la ocasión en que más cerca ha estado Microsoft de superar a su rival; de hecho, fue por delante gran parte de la generación y Sony solo se impuso al final, y por un margen tan estrecho que casi lo podemos considerar empate técnico.

Xbox 360 fue lanzada a finales de 2005 en los mercados norteamericano y europeo (en España, a 399 euros). PlayStation 3 salió en Japón y Estados Unidos en noviembre de 2006 y llegó a Europa el 23 de marzo de 2007 por 599 euros.

Sony había incorporado a su consola un lector de la recién nacida tecnología Blu-Ray, desarrollada por la propia compañía, y eso encareció el precio. Por su parte, Xbox 360 incorporaba de serie un lector de DVDs, más económico de fabricar. La consola de Microsoft tuvo un affaire de lo más curioso con los HD-DVD, el formato que intentó competir con el Blu-Ray de Sony, en forma de un periférico que leía este tipo de discos. El éxito de este añadido fue nulo, pero lo importante es que la versión base de la consola se podía permitir un precio más ajustado.

La diferencia de fecha de lanzamiento y precio ya hicieron a Xbox 360 mucho más competitiva que la primera Xbox, pero no fueron los únicos factores determinantes. PlayStation 3 era más potente, pero la arquitectura de Xbox 360, de nuevo heredada del PC, era mucho más fácil de programar, con lo que la mayoría de las compañías de videojuegos  desarrollaban primero las versiones de Xbox de sus títulos y no sacaban todo el partido a PS3 en sus conversiones. Además, aunque PS3 permitía juego online gratuito, Microsoft continuó con su servicio Xbox Live, de pago pero que funcionaba mejor, y creó una fuerte comunidad a su alrededor.

Aún así, Sony seguía siendo una marca muy potente que fue recuperando terreno a base de exclusivos de calidad (‘God of War 3’, las tres primeras entregas de Uncharted, ‘Metal Gear Solid 4’…). Lo que nadie se esperaba es que la generación se viera sacudida por el fenómeno Nintendo Wii. Nintendo sorprendió a todo el mundo con una consola menos potente, más barata y con un mando con tecnología de detección de movimiento que atrajo al público más casual y amplió el mercado.

Wii salió a finales de 2006 y, durante tres años, puso del revés el mundo de los videojuegos. Su éxito obligó a los desarrolladores a crear títulos adaptados a su nuevo sistema de control por movimiento, y Microsoft y Sony tuvieron que copiar su innovación. Para PlayStation se lanzó el sistema PlayStation Move, combinación de cámara y mando, y Microsoft apostó por la cámara de detección de movimiento más precisa de esa época, Kinect. En esta generación se vendieron más de 100 millones de Nintendo Wii, por 87,4 millones de PS3 y 85,8 millones de Xbox 360. Pero, de nuevo, el panorama para la siguiente generación iba a cambiar radicalmente.

Round 3: Xbox One Vs. PlayStation 4. Sony recupera el liderato

Primer impacto de esta generación: Nintendo cayó desde su consola de sobremesa más vendida… a la que menos. La sucesora de Wii, Nintendo Wii U, no encontró su sitio en el mercado y, tras vender solo 13 millones y medio de consolas, la compañía tuvo que dejarla morir y lanzar en 2017 la, esta vez sí, exitosa Nintendo Switch. Esta máquina tan peculiar, híbrido entre consola de sobremesa y portátil, se ha convertido en un fenómeno aparte que, hasta cierto punto, corre paralelo al de las consolas tradicionales.

Nintendo comenzó así esta generación fuera de juego, pero no fue la única compañía que arrancó con problemas. Tan duro fue el lanzamiento de Xbox One para Microsoft que la marca Xbox estuvo a punto de desaparecer.

Como ha pasado este 2020, las consolas de Sony y Microsoft llegaron a las tiendas prácticamente al mismo tiempo: el 22 de noviembre de 2013 llegó a España Xbox One por 499 euros, y el 29 de noviembre fue lanzada PlayStation 4 por 399 euros.

La cosa empezó mal para Microsoft ya desde el evento de presentación de la consola en mayo de 2013. En el mundillo se recuerda la de veces que los ejecutivos de Microsoft repitieron que en su nueva consola se podría ver la televisión en lugar de centrarse en lo que los fans querían ver: videojuegos. Pero los errores antes y durante el lanzamiento fueron mucho más allá.

En un primer momento, Microsoft anunció la intención de que fuera obligatorio conectar Xbox One a Internet al menos una vez cada 24 horas para poder jugar, la implementación de bloqueo regional a la hora de ejecutar juegos y, lo que resultaba aún más increíble, restricciones para ejecutar juegos de segunda mano. La reacción de la comunidad a estas decisiones fue un rechazo rotundo, lo que obligó a Microsoft a retirarlas, aunque eso no impidió un daño importante para la imagen de la máquina.

Por si fuera poco, Microsoft lanzó Xbox One de manera indivisible con una versión de nueva generación de la cámara Kinect. Pero, en 2013, la fiebre por la detección de movimiento ya había pasado y nadie entendió una estrategia que hacía la máquina 100 euros más cara que PlayStation 4, consola que además tenía cierta ventaja en el apartado técnico.

El resultado fue un arranque tan flojo para Xbox One que, como ha revelado recientemente el actual director de la marca, Phil Spencer, en esta entrevista al medio Shacknews, provocó que la división estuviera a punto de desaparecer. Y el resultado final de la generación deja claro quién se llevó el gato al agua: unos 114 millones de PS4 vendidas (hasta el momento) por 50 millones de Xbox One (sumando a los modelos originales de ambas consolas las ventas de sus revisiones, PlayStation 4 Pro y Xbox One X y S).

Sin embargo, estos números no reflejan cierta recuperación de la iniciativa de Xbox en los últimos tres años. Tras la rápida rectificación que supuso relanzar la consola sin Kinect por 400 euros, y después de sonados cambios de directivos, Phil Spencer se convirtió en el líder de la marca Xbox y decidió potenciar su ecosistema. Todos los grandes juegos de la consola saldrían también en PC, se creó el servicio de suscripción Game Pass y se relanzó la máquina con las versiones Xbox One S y X que, si bien no llegaron a acercarse a las ventas de PS4, sí pusieron de nuevo la consola en el radar de muchos compradores. Se plantaban semillas que, en teoría, se recogerán en esta generación.

Xbox Series S y Xbox Series X contra PlayStation 5

Y llegamos a las consolas que acaban de salir al mercado. No seremos nosotros desde Digitalis los que aventuremos el futuro de ambas máquinas, sobre todo viendo lo difícil que es realizar predicciones acertadas en este mercado. Solo mencionar, eso sí, que el propio Phil Spencer ha asegurado que esta generación Microsoft no dará cifras de ventas de consolas, sino de suscriptores, porque eso es lo que va a importar ahora: cuántos jugadores tienes suscritos pagando mensualmente en tus ecosistemas (en concreto, la marca Xbox tiene su suscripción Game Pass presente en consola, PC e incluso en móviles, en este último caso, mediante juego en la nube).

Lo cierto es que estamos ante máquinas fantásticas que, si bien con sus juegos de lanzamiento no han conseguido sorprender, prometen una salto muy importante con respecto a la generación anterior. Será también una etapa en la que compitan contra los cada vez más habituales servicios de videojuegos en streaming, esa apuesta que muchos consideran un futuro inevitable pero que aún tiene que convencer al público. En cualquier caso, en los próximos años millones de jugadores descubrirán el futuro inmediato de los videojuegos jugando en PlayStation 5 y Xbox Series S y X, en un enfrentamiento que volverá a tener a Nintendo como «outsider» capaz de jugar con sus propias reglas en el hipercompetitivo y cada vez más diversificado mercado de los videojuegos.

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