El próximo martes 10 de noviembre llegarán a las tiendas las dos nuevas consolas de Microsoft, Xbox Series S y Xbox Series X. Dos modelos distintos con los que Microsoft se prepara para su cuarto asalto al trono de las consolas de videojuegos, aparentemente, en mejores condiciones que nunca. ¿Las razones? Dos máquinas con una excelente relación calidad-precio y el Game Pass, el modelo de suscripción a videojuegos digitales que puede cambiar el panorama del mercado.
Y así, una nueva guerra de consolas comienza este mes. Las dos nuevas Xbox que llegan al mercado el día 10 tienen prestaciones bien diferenciadas pero son capaces de reproducir los mismos juegos, mientras que el día 19 Sony lanzará PlayStation 5, también en dos modelos que, en esta ocasión, se diferencian solo en que uno lleva lector de Blu-ray y el otro no, es decir, sólo reproducirá juegos descargados digitalmente. La semana que viene tendremos tiempo de examinar la propuesta de Sony, pero hoy vamos a centrarnos en la oferta de Microsoft, dos máquinas pensadas para jugar a resoluciones distintas (Xbox Series X en 4K y Xbox Series S en 1440p 0 1080p), la primera también con lector de Blu-Ray y la segunda enteramente digital.
Cuándo… y a qué precio
Las dos Xbox llegan al mercado el día 10 de noviembre, Series X por 499 euros y Series S por 299 euros. La diferencia de precio (y tamaño) entre los dos modelos tiene que ver con las diferencias de hardware: las dos consolas llevan el mismo procesador, diseñado por AMD con su arquitectura ZEN 2 de 7nm, que tan buen resultado dio en la serie de procesadores de sobremesa Ryzen 3000 (por cierto, esta semana han salido a la venta los Ryzen 5000 con la arquitectura ZEN 3, de los que hablamos en esta noticia, pero aún así ZEN 2 sigue siendo una tecnología de primer nivel). Esta CPU que integra la consola de Microsoft tiene 8 núcleos a 3,8 GHz y 10 hilos.
Que las dos compartan el mismo cerebro tiene sentido, porque las dos van a mover exactamente los mismos juegos: simplemente una máquina esta pensada para moverlos con definición 4K (Xbox Series X) y la otra a 1440p o 1080p (Xbox Series S).
La diferencia de potencia la marcará la GPU, la unidad de procesamiento gráfico. AMD es también la responsable de estos chips, desarrollados además con la nueva tecnología RNDA 2 (llegará poco después a los PCs de sobremesa con las tarjetas gráficas Radeon 5000 como os contamos en esta noticia). La gráfica de Series X tendrá 52 Compute Units a 1,825 GHz (lo que se traduce en una potencia de 12 TFLOPS). En Series S, la gráfica tendrá 20 CUs a 1,565 GHz (su potencia será de 4 TFLOPS).
En resumen: los juegos serán los mismos, pero Series X permitirá jugar a 4K con tasas de frames que prometen llegar siempre a los 60 por segundo (con un máximo de 120, ¡por fin las consolas dan el salto a estas cifras!), mientras que los mismos juegos se reproducirán en series S a 1440p o 1080p, también con 120 fps como máximo. Hay que recordar, eso sí, que para disfrutar de los 120 fps en los juegos necesitaremos una pantalla capaz de reproducirlos.
Hay dos diferencias importantes más, claro: la Xbox Series X tendrá lector de Blu-ray por si queremos hacernos con los juegos en formato físico, mientras que en las Series S carece de él y, por lo tanto, solo ejecutará juegos digitales. Y el almacenamiento interno será de 1TB en caso de Series X y la mitad para Series S (512 GB). En los dos casos serán discos SSD y la memoria interna será ampliable con tarjetas SSD.
La promesa de Microsoft es que la diferencia al ejecutar los juegos entre las dos máquinas será solo esa, la definición, y que todos los efectos gráficos que veamos en los juegos de Series X (incluida la tan traída y llevada técnica de iluminación ray tracing) se verán también en Series S.
Y no podemos concluir este repaso técnico sin señalar que esta generación las consolas van a dar un salto técnico muy importante. En concreto, Xbox Series X es sin duda la consola de videojuegos más potente que se ha diseñado jamás. En PC, un hardware de prestaciones similares podría alcanzar fácilmente los 1500 euros a día de hoy. De PlayStation 5, como hemos dicho antes, hablaremos la semana que viene, pero tanto su procesador como su gráfica comparten tecnología con Xbox (ZEN 2 y RNDA 2 de AMD) y, aunque no llega al nivel técnico de Xbox Series X, será también una máquina muy poderosa y un salto muy, muy importante respecto a PlayStation 4.
Lo que importa son los juegos
Pero los datos técnicos no dejan de ser una indicación del máximo potencial de cada máquina. Lo normal en el comienzo de generación es que los juegos no aprovechen más que una parte de las capacidades técnicas de la consola. Y, en el caso de Xbox Series, eso va a ser especialmente cierto porque Microsoft no ha conseguido traer de lanzamiento ningún título exclusivo potente, tras el retraso hace unos meses del que debía ser el gran superventas que acompañara la llegada de la consola, Halo Infinite, a 2021.
Durante este mes, llegarán versiones de juegos importantes pero que también salen para la anterior generación de consolas y PS5, como Call of Duty Black Ops Cold War, Assassin’s Creed Valhalla y Yakuza Like a Dragon. También habrá nuevas ediciones de juegos ya conocidos, como Devil May Cry V Special Edition (revisión que también sale para PS5, PS4, Xbox One y PC), ARK: Survival Evolved, Borderlands 3 Edicion Siguiente Nivel, Mortal Kombat 11… Y Microsoft presenta la primera versión para consola de su Gears Tactics, juego que, hasta la fecha, solo había salido en PC. Vamos que, en líneas generales, el lanzamiento se verá acompañado por juegos que también aparecerán en la anterior generación de consolas o que son ediciones especiales de títulos que ya hemos jugado en las mismas. ¿No hay, entonces, alicientes jugables para hacerse con la consola el primer día?
Game Pass, o como Microsoft cambió los videojuegos
El aliciente, por supuesto, se llama Xbox Game Pass, el servicio de suscripción de Microsoft que tantísimas veces se ha llamado “el Netflix de los videojuegos”. Y esa es la razón por la que, hábilmente, hemos preguntado en el titular “¿El fin de los juegos digitales?”. Bueno, también era un poco una excusa para hablar de consolas en Digitalis, porque nos gustan bastante. Pero lo cierto es que, aunque Xbox Series S tenga lector de Blu-ray (formato de disco que, por cierto, es propiedad de Sony), Game Pass puede ser un servicio clave para que el usuario dé el salto definitivo a las descargas y se olvide, en gran medida, del formato físico.
Game Pass es una suscripcíon mensual por la que el usuario puede descargarse en su consola Xbox (o en su PC) más de 100 juegos. Y lo que hace este servicio realmente especial es que Microsoft ha puesto en él toda la carne en el asador, ya que todas las grandes producciones de sus estudios se incluyen en el servicio desde el día de lanzamiento. Vamos, que si quieres jugar a los nuevos Forza o Halo el primer día, o pagas los 70 euros que más o menos cuesta cada nueva entrega, o estás suscrito a un servicio que cuesta 10 euros al mes (12 si quieres la versión Premium que incluye GamePass en Xbox, PC y juego en la nube) y te ofrece todas las novedades más un extensísimo catálago que cumple en casi todos los géneros con nota.
Game Pass existe en la “vieja” Xbox One también, claro pero en las Xbox Series los suscriptores disfrutarán de los juegos a más resolución, mayor tasa de frames, carga más rápida.. además de ir recibiendo desde ahora títulos exclusivos de la nueva generación. Como ya hemos comentado otras veces en Digitalis, es un órdago a la grande, una apuesta por un ecosistema digital de videojuegos que, poco a poco, irá dejando atrás la edición física. Aunque está claro que no será hoy: como hemos dicho, Series X sí tiene lector Blu-ray, lo cual obliga a los fans del formato físico que quieran comprarse una nueva Xbox a adquirir la mayor de la familia.
La mayor retrocompatibilidad de la historia
La baza final de las nuevas Xbox es una retrocompatibilidad de ensueño: la gran mayoría de los juegos de Xbox One (se caerán los que usaban a la fuerza Kinect), una selección de juegos de Xbox 360 y una selección de juegos de la Xbox original. Pero, además, muchos de estos títulos mejorarán en tiempos de carga, se reescalarán a 4K (incluso algunos de la primera Xbox) tendrán más tasa de frames por segundo e incluso de les añadirá HDR. En Series X será tan fácil como meter los discos de nuevos viejos juegos de Xbox y, si es necesario, actualizar para ver estas mejoras. En series S, cuando descarguemos la versión digital de la tienda de Xbox, vendrá ya con las actualizaciones.
Las promesas de Microsoft con sus dos consolas comenzarán a hacerse realidad el día 10 de noviembre en casa de muchos jugadores. A estas alturas, pocos pueden dudar de que la compañía ha hecho los deberes presentando un gran hardware y unos servicios digitales excelentes, con una paciencia a la hora de hacer comunidad que solo el gigantesco músculo económico de la compañía de Redmond se puede permitir. En la línea de salida de esta nueva carrera, está más preparada que nunca para medirse a su rival. Sony tiene detrás la experiencia de haber liderado tres de las cuatro generaciones de consolas en las que ya ha estado presente y algunos de las franquicias exclusivas más queridas de los jugadores. La semana que viene echaremos un vistazo a PlayStation 5, pero está claro que esta vez los jugadores están de enhorabuena porque van a medirse dos titanes en el mercado.